Entre 1980 y 2007 hubo un movimiento, paulatino pero constante, hacia la libertad económica, como bien puede comprobarse en el informe "La libertad económica en el mundo". Sin embargo, como también puede verse en la más reciente edición del mismo, la libertad económica ha sufrido su primer retroceso en varias décadas. De los 123 países analizados en 2007 y 2008 (último año del que se tienen datos), 88 (un 77,1%) han obtenido ahora una peor valoración, y sólo 35 (28,5%) han visto subir su nota.
EEUU ha caído desde el tercer puesto de 2000 al sexto del presente informe.
"La libertad económica en el mundo" mide la consistencia de las instituciones y políticas de los distintos países; si permiten a los individuos elegir por sí mismos y llegar a acuerdos voluntarios con otros, y si protegen sus vidas y propiedades.
Para lograr una calificación alta (0 es la peor nota, y 10 la mejor), un país debe proteger efectivamente la propiedad privada, velar por el respeto de los contratos y contar con una moneda estable. Asimismo, debe mantener bajos los impuestos, no poner barreras al comercio –nacional e internacional– y confiar más en los mercados que en el proceso político a la hora de asignar los bienes y servicios.
La caída en la valoración de EEUU se explica sobre todo por el retroceso que ha experimentado en materia de protección de los derechos de propiedad, pero también ha influido el formidable aumento de los préstamos estatales. Seguramente, el auge del gasto y el déficit públicos, así como de las regulaciones, harán bajar aún más la nota estadounidense en los próximos años.
Ahora más que nunca sabemos cuáles son las fuentes del crecimiento y la prosperidad. El crecimiento es fruto, principalmente, del comercio, la inversión de capitales y el descubrimiento de mejores productos y métodos de producción. Varios estudios han mostrado que los países con más libertad económica crecen más rápidamente y logran niveles de ingreso per cápita más altos. Por cierto, conforme ha ido creciendo el ingreso per cápita, la tasa de pobreza se ha reducido a escala mundial. Gran parte del avance registrado en este punto ha tenido lugar en países que han adoptado decisiones de envergadura en lo relacionado con la libertad económica.
El mundo, hoy, se enfrenta a una situación similar a la de la Gran Depresión. Entonces, unas políticas económicas nefastas transformaron un declive cíclico normal en un década de penurias y sufrimiento. A pesar de que la tragedia la originó la intervención pública, la Gran Depresión condujo a un aumento del gasto público y de las regulaciones, y a una reducción de la libertad económica. ¿Pasará lo mismo esta vez? ¿De nuevo escogeremos más Estado y menos libertad económica?
Estamos en medio de un gran debate entre partidarios del Estado limitado y los mercados libres y aquellos que ven con simpatía el colectivismo y piden más dirección política de la economía. El resultado de este debate determinará el futuro tanto de la libertad económica como de la prosperidad en todo el mundo.
© El Cato
JAMES GWARTNEY y ROBERT LAWSON, coautores de "La libertad económica en el mundo", publicado por los institutos Fraser y Cato.
JOSHUA HALL, profesor de Economía de Beloit College.