![Juan Morillo Bentué - Los especuladores huyen de Zapatero El Gobierno español, sus adláteres y gran número de intelectuales no han tardado en acusar a los especuladores de ser los culpables del sobrecoste en la financiación del Estado y la caída de la bolsa. Con lo fácil que hubiera sido para el Gobierno mirarse al espejo para encontrar al culpable...](https://s.libertaddigital.com/images/trans.png)
La condena de la especulación es un recurso al que los políticos suelen recurrir cuando la economía no funciona como ellos quisieran, es decir, cuando la realidad no se ajusta a sus deseos e intenciones políticos... El especulador es tenido siempre como el malo de la película, como un agente que crea escasez y pobreza y se aprovecha de las necesidades de la sociedad. En los medios de comunicación se les acusa de hacer que el precio de la gasolina, la comida y la vivienda aumente constantemente.
Como se les presenta como los grandes enemigos de la sociedad, no hay mayores obstáculos a la hora de proponer que la especulación sea regulada o incluso prohibida.
Pero resulta que los especuladores son imprescindibles para la economía y para la sociedad.
Todos, sin excepción, especulamos en el mercado. Ludwig von Mises decía: "Los capitalistas, los terratenientes, los trabajadores, todos ellos, por fuerza, son especuladores". El inversor que compra unas acciones en lugar de otras porque cree que así obtendrá más ganancias especula, de la misma manera que un agricultor planta una cosa y no otra en la confianza de que su decisión final le reportará unos beneficios superiores.
Especulamos porque debemos prever nuestras necesidades futuras. Cuando nos aprovisionamos de leche porque sabemos que el precio de la misma va a subir, estamos especulando. Y cuando compramos bienes de todo tipo antes de que suba el IVA. Y cuando compramos una casa con la intención de revenderla. También, cuando contratamos un seguro de cualquier tipo...
El especulador es fundamental en la economía, básicamente, por dos razones:
Como se les presenta como los grandes enemigos de la sociedad, no hay mayores obstáculos a la hora de proponer que la especulación sea regulada o incluso prohibida.
Pero resulta que los especuladores son imprescindibles para la economía y para la sociedad.
Todos, sin excepción, especulamos en el mercado. Ludwig von Mises decía: "Los capitalistas, los terratenientes, los trabajadores, todos ellos, por fuerza, son especuladores". El inversor que compra unas acciones en lugar de otras porque cree que así obtendrá más ganancias especula, de la misma manera que un agricultor planta una cosa y no otra en la confianza de que su decisión final le reportará unos beneficios superiores.
Especulamos porque debemos prever nuestras necesidades futuras. Cuando nos aprovisionamos de leche porque sabemos que el precio de la misma va a subir, estamos especulando. Y cuando compramos bienes de todo tipo antes de que suba el IVA. Y cuando compramos una casa con la intención de revenderla. También, cuando contratamos un seguro de cualquier tipo...
El especulador es fundamental en la economía, básicamente, por dos razones:
1) reasigna recursos en el tiempo, lo cual redunda en su beneficio... y en el del consumidor, pues permite distribuir la oferta de bienes: si un especulador piensa/descubre que habrá escasez de petróleo en el futuro, lo comprará a precios bajos para venderlo más caro más tarde, cuando finalmente se produzca la escasez;
2) estabiliza los precios. El especulador exitoso compra cuando considera que los precios están infravalorados, lo que empuja los mismos al alza; y vende cuando cree que lo que hay es un sobreprecio, con lo que provoca que bajen.
Los especuladores –o inversores, como se les debería llamar– basan su acción en la previsión y la anticipación. Con la información de que disponen, están dispuestos a asumir riesgos. El problema, hoy, es que las noticias relacionadas con las maniobras del Gobierno de Zapatero no incitan, precisamente, a que los especuladores/inversores inviertan en y apuesten por España. Temen interferencias arbitrarias en su capital y en sus ganancias.
Como he dicho al principio, si el Gobierno quiere conocer al culpable de la situación que vivimos, sólo le hace falta que mirarse al espejo. Así de fácil. En lugar de acusar a los especuladores de antipatriotas o desestabilizadores cuando sacan el capital del país, debería darse cuenta de que lo hacen para protegerlo de sus atroces medidas económicas.
Está claro que nuestros políticos no entienden el funcionamiento de los mercados. Cierto es que los mercados tienen un funcionamiento complejo, que Zapatero (ni nadie) podrá aprender en dos tardes. Pero lo que sí tiene tiempo de aprender son los motivos por los que su Gobierno carece de credibilidad. Igual, entonces, consigue que los inversores no huyan despavoridos de nuestro país.
© AIPE
JUAN MORILLO BENTUÉ, miembro del Instituto Juan de Mariana.
Como he dicho al principio, si el Gobierno quiere conocer al culpable de la situación que vivimos, sólo le hace falta que mirarse al espejo. Así de fácil. En lugar de acusar a los especuladores de antipatriotas o desestabilizadores cuando sacan el capital del país, debería darse cuenta de que lo hacen para protegerlo de sus atroces medidas económicas.
Está claro que nuestros políticos no entienden el funcionamiento de los mercados. Cierto es que los mercados tienen un funcionamiento complejo, que Zapatero (ni nadie) podrá aprender en dos tardes. Pero lo que sí tiene tiempo de aprender son los motivos por los que su Gobierno carece de credibilidad. Igual, entonces, consigue que los inversores no huyan despavoridos de nuestro país.
© AIPE
JUAN MORILLO BENTUÉ, miembro del Instituto Juan de Mariana.