Acudamos a la Organización Mundial de la Salud (WHO-OMS), una de las cabras sagradas de las organizaciones solidarias. Los datos de 2004 para el año 2002 (págs. 121 y ss.) dicen lo siguiente (estimación de muertos por año):
Dolencia | Total mundial (2002) |
---|---|
Deficiencias nutricionales |
485.000 |
Desórdenes neuropsiquiátricos |
1.112.000 |
Enfermedades infantiles |
1.124.000 |
Paludismo |
1.272.000 |
Tuberculosis |
1.566.000 |
Diarreas |
1.798.000 |
Problemas digestivos |
1.968.000 |
Sida |
2.777.000 |
Problemas perinatales y maternales |
2.972.000 |
Enfermedades respiratorias |
3.702.000 |
Cánceres |
7.270.000 |
Problemas cardiovasculares |
16.733.000 |
Enfermedades tropicales |
129.000 |
Dengue |
19.000 |
Ébola |
350? |
Fuente: OMS-WHO 2004
Como en el artículo comentado se alude a los muertos por la fiebre hemorrágica del ébola, a falta de datos de la OMS-WHO hemos incluido una estimación de los dos tipos más frecuentes. Y ahora, ¿son tan diferentes las causas de muerte? ¿A qué viene lo del 80%-20%, o 90%-10%? ¿No será que lo que el 20% necesita es lo que necesita el noventa y pico por ciento del 80% restante?
A las enfermedades olvidadas hemos añadido la tuberculosis, con solución química, y el dengue y el ébola, que, como dijimos en el otro artículo, no tienen aún solución (la prevalencia es, afortunadamente, más baja). Otros males que causan mortalidad casi exclusivamente en países pobres son la lepra o la sífilis. Por supuesto, los medicamentos actuales funcionan con ellas.
Bien, ¿cuáles de estas enfermedades del cuadro no son tratables (no decimos curables, de algo hay que morir, como, por ejemplo, de problemas cardiovasculares) con los medicamentos, cirugía, radiación, etc. (o insecticidas) que tenemos? Sólo el dengue, del que ya dijimos que hay ocho fármacos en estudio. Y estoy incluyendo las dolencias específicas de países pobres, como paludismo, tropicales, diarreas o deficiencias nutricionales (fundamentalmente, hambre, pero no sólo).
El problema no es que las empresas se fijen en las enfermedades de los ricos, ni que "millones de personas no pueden curarse porque o no existen fármacos para las enfermedades que sufren o son viejos, tóxicos e ineficaces ante la resistencia desarrollada por los microorganismos". ¿Pero a qué viene la burda manipulación de que no existen fármacos, en plural? De todo esto que hemos mostrado, lo único que se ha quedado atrasado son los genéricos antipaludismo.
Si los solidarios no se obcecasen en impedir el uso de insecticidas y en comprar medicamentos de tecnologías atrasadas, se podrían comprar suficientes medicamentos eficaces con el dinero del Gobierno de EEUU para los casos en que se llegase tarde con las campañas de desinsectación (recuerden los casos descritos en el informe de Naciones Unidas). Ya.
Nuestro resumen de este absurdo y artificial debate:
– La principal causa de la anormalmente alta mortalidad de los países pobres es la pobreza misma (subdesarrollo, condiciones insalubres de vida, etc.), y la solución es su corrupción por el capitalismo.
– Los medicamentos que valen para los países ricos son la solución para la aplastante mayoría de enfermedades de los países pobres.
– Incluso para las 129.000 muertes registradas en el mundo en 2002 por enfermedades tropicales, supuestas enfermedades olvidadadas, existe medicación.
– Los países que vivían como los actualmente azotados por estas enfermedades y la malaria y que ya no sufren sus efectos han derrotado a la enfermedad con el desarrollo económico (no necesariamente capitalista).
– La única enfermedad destacable sin medicación es la fiebre dengue, con unos 19.000 muertos anuales (comparación con otras causas en la tabla anterior).
– Las simplicidades sobre la falta de vacunas para males del Tercer Mundo (paludismo, por ejemplo) evitan mencionar que, con todo lo que se ha dedicado al sida, aún no hay vacuna; es decir, no es necesaria la hipótesis de la mala fe que se les supone a las farmacéuticas.
La clave de esta estéril discusión está en la última frase del artículo de MSF: "[E]s urgente definir una agenda internacional de prioridades para la Investigación y Desarrollo en salud, un sistema internacional para su financiación, implementarla en base a principios de acceso y precios equitativos, así como establecer y fortalecer los mecanismos de cooperación internacionales para intercambiar y transferir los resultados de la investigación, el conocimiento y la tecnología".
Así, como te dicen en cualquier república bananera: reconocemos que el esfuerzo de ingenio y dinero es desorbitado y que nosotros no producimos nada parecido o en las cantidades que el sector privado consigue. Pero nuestros burócratas van a controlar precios y producción en nombre de la equidad y la justicia, y vamos a "expropiar" los resultados controlando la transferencia de la investigación. Debilitamos la propiedad intelectual y microgestionamos vuestro escandaloso gasto en publicidad, decidiendo las prioridades de investigación (y, por implicación, a qué científicos contratar).
¡Y de este modo se espera ir más lejos que con el método actual! Es para echarse a temblar, y no por fiebre precisamente.