Cada país tiene su propio sistema de selección y, quien más o quien menos, todos los participantes han recibido una especial preparación durante el curso escolar. Se admiten hasta seis alumnos por país. La puntuación máxima en cada uno de los problemas es de 7 puntos lo que pone en 42 el total alcanzable por cada concursante.
En esta última Olimpiada ha habido 4 muchachos, dos chinos y dos norteamericanos, que han conseguido 42 puntos. Por encima de 30 se concede una medalla de oro. Se han dado 39 máximos galardones: seis para China, cinco a Rusia, cuatro a Estados Unidos y Kazajstán, tres a Bulgaria y Corea, dos a la India y una para Australia, Bielorrusia, Canadá, Cuba, Alemania, Israel, Japón, Rumanía, Taiwán, Turquía, Ucrania y Vietnam.
Quienes consiguen entre 20 y 30 puntos son galardonados con plata, entre 10 y 20 con bronce y todos aquellos que con menos de 11 puntos han resuelto un problema completo se llevan una mención de honor. En esta Olimpiada se han repartido, además de los 39 oros, 81 medallas de plata, 122 de bronce y 37 menciones honoríficas. Sólo 11 de los 82 países participantes se han vuelto a casa de vacío.
Los españoles han salido bien parados, una medalla de bronce y dos menciones honoríficas. Nuestro equipo estaba formado por un madrileño, un asturiano y cuatro catalanes.
Resulta curiosa la escasa presencia femenina. A pesar de que, al menos en los países de nuestro entorno, no existe diferencia alguna entre la enseñanza que varones y mujeres reciben, las chicas no llegan a ocupar un diez por ciento del total de participación. Países que no son en absoluto sospechosos de establecer diferencias de “género” en la educación de los jóvenes como pueden ser Estados Unidos, Bélgica, Francia, Alemania, Portugal, España, Italia, Inglaterra o Argentina han presentados equipos formados exclusivamente por muchachos.
Los curiosos o interesados en este asunto tienen a su disposición una dirección de Internet donde pueden averiguar todo tipo de detalles sobre los problemas propuestos, los resultados, las medallas, lo que hizo bien o mal cada participante e incluso encontrará las fotografías de cada uno de ellos.
Si se curiosean las fichas que los estudiantes completaron el día de la clausura, se pueden conocer detalles bastante curiosos. Por ejemplo, que las asignaturas que más disgustan a las grandes promesas matemáticas del mundo son la historia y los idiomas, que los galardonados norteamericanos son aficionados a la música y tocan el piano o cualquier otro instrumento, que mientras algunos dicen odiar el deporte otros consideran éste tan apasionante o más que las matemáticas, que todos los jóvenes de Kazajstán quieren ser ingenieros mientras que los rusos y americanos prefieren llegar a ser grandes matemáticos o informáticos.
Se puede uno también enterar de que a Greta Panova, la única medalla de oro femenina, una joven búlgara de 18 años le gusta pintar, leer, montar en bicicleta y andar por el monte y que no quiere ser matemática sino arquitecta.
En cuanto a nuestros seis representantes, hay muchas variaciones. Entre lo que menos les gusta, la gimnasia, la historia, la literatura y el inglés. Sus planes de futuro Matemáticas, Medicina o alguna ingeniería. Hobbies tiene muchos y variados: el ajedrez, música, literatura, deportes, ordenadores y cómo no, las matemáticas. Y que, curiosamente, los tres galardonados mostraron su preferencia por el problema número 4 en el que consiguieron la máxima puntuación.
MáS QUE NúMEROS
La XLII Olimpiada Internacional de Matemáticas
Washington ha sido la ciudad encargada de acoger a los jóvenes participantes en la última Olimpiada Internacional de Matemáticas. Como ya viene ocurriendo desde hace muchos años, tras la ceremonia de apertura que se celebró el 3 de julio, los participantes tuvieron que resolver seis problemas que se repartieron en dos sesiones de trabajo. Los problemas que se proponen, a pesar de su gran dificultad, no esconden procedimientos matemáticos que, en principio, sean desconocidos para un brillante alumno del último año de bachillerato.
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