The International Herald Tribune (es decir, The New York Times), publicaba el miércoles 21 de mayo un reportaje acerca de la suerte de los artistas iraquíes. A Daud Qaysi, que durante treinta años puso su modesto talento musical al servicio del dictador, lo han asesinado disparándole a la cabeza delante de su casa. Otros están siendo más afortunados. Hay gente joven, como Safaa Dhiab, de 28 años, que rechazó cualquier compromiso con el régimen y ahora se encuentra en situación de aprovechar la nueva libertad del país. Los más son gente que de algún modo tuvo que transigir con la dictadura. Es el caso del poeta Aryan Sayed Khalan, encarcelado en 1979 por su simpatía hacia el partido comunista pero que, por uno de esos caprichos de los tiranos totalitarios, acabó recitando sus versos en los palacios gubernamentales porque a Sadam, como a Stalin con algunas películas, le gustaba su poesía. En el edificio del Sindicato de Escritores una pintada avisa: “Todos los que habéis utilizado vuestra pluma para ensalzar la dictadura debéis dejar paso a los que fueron reprimidos por el régimen”.
Un editorial de The Wall Street Journal Europe (“Veintiún años de soledad” 22.05.03) trae a colación una historia que a algunos españoles les sonará, en particular a muchos de los que en todos estos meses no han encontrado un momento para condenar el régimen de Sadam Husein. Es la aventura de Juad Amir Sayed, un hombre que a los 24 años desertó del ejército iraquí, quemó su tarjeta de identidad y se encerró en una celda que excavó debajo de su casa. La policía le buscaba por ser seguidor de un teólogo chií. Su madre le hacía llegar la comida por una trampilla, él escuchaba la BBC en árabe y leía el Corán. Como recuerdo de estos años y de toda su juventud perdida, dice que conservará la caja de cerillas donde guarda los dientes que se le fueron cayendo.
Un artículo de Thomas L. Friedman en The New York Times (“El equipaje de los exiliados está repleto de esperanza”, 21.05.03) da cuenta de una experiencia personal, vivida durante la estancia del autor en el Irak post Sadam, y es la energía con la que los que tuvieron que irse de su país por la persecución política están regresando. Friedman hace referencia a los exiliados chiítas, pero también a los kurdos, y compara el ímpetu de esta gente, acostumbrada a hacer cosas y a moverse en libertad fuera de su país, con la atonía fruto de la inexistencia de organizaciones y de líderes entre la población del interior. Friedman constata que si bien el 60 por ciento de la población iraquí es chiíta, de estos sólo el 30 por ciento son partidarios de una república islámica. Así se deduce que el próximo presidente de Irak será chiíta, pero que Irak no se convertirá en un nuevo Irán.
España también sigue siendo un foco de interés para la prensa extranjera. Cada vez más, de hecho. Las próximas elecciones y la apuesta de Aznar en política exterior centran un comentario de The Wall Street Journal Europe (21.05.03), didáctico y bastante esclarecedor. Es evidente que los lectores de The Wall Street Journal siguen necesitando más datos sobre España que sobre algún otro país europeo, pero también lo es que los problemas españoles interesan ahora a esos mismos lectores como hasta hace muy poco tiempo no lo hacían.
La principal noticia que ha generado España en estos últimos días es el lanzamiento de un sitio web llamado puretunes.com. Aprovechando al parecer un vacío en la legislación española, pone a la venta a precios sumamente competitivos música on line. Puretunes cuenta con el aval de la SGAE, a la que pagan un canon o un porcentaje, y ha aparecido en todos los medios de comunicación, desde USA TODAY (21.05.03) hasta Billboard, la prestigiosa revista de música popular (21.05.03). Puretunes, con sede en Madrid, se dirige al público anglosajón y ofrece ya toda clase de música, incluida la de artistas como Madonna, que se han negado a colocar sus creaciones en la red. A Apple, que parecía haber encontrado una fórmula verosímil de venta de música en la red, le ha salido en serio competidor en este frente tan solicitado como polémico. En Billboard, un representante de la industria discográfica norteamericana ya ha avisado de que la actividad de Puretunes podría ser ilegal. El martes 18 de mayo, el tráfico llegó a ser tan intenso que el sitio se colapsó. Curiosamente, los representantes de la SGAE han declinado hacer ningún comentario a Billboard.