El Nobel de Economía Friedrich Hayek fundó la MPS hace 60 años, en el pueblo suizo que le da nombre, con el objetivo de facilitar "el intercambio de ideas entre aquellos estudiosos y académicos que quieran reforzar los principios y prácticas de la sociedad libre, así como analizar el funcionamiento, las virtudes y defectos de los sistemas económicos orientados al libre mercado".
La MPS no pretende crear una ortodoxia sobre la que formar o apoyar a grupo alguno, ni hacer propaganda; ni adopta posiciones institucionales ante determinadas políticas. Entre sus miembros, ciudadanos de una pluralidad de países, se cuentan varios Nobel de Economía y destacadas personalidades del mundo de las humanidades, las ciencias, la empresa privada y el periodismo. Algunos de ellos han fundado a su vez think tanks e institutos pro mercado en numerosas partes del mundo.
A diferencia de lo que suele suceder en las reuniones políticas, caracterizadas por un esloganismo de la peor especie, en las reuniones de la Mont Pèlerin se discuten los asuntos más candentes con rigor y seriedad, con un genuino interés por los costes, ventajas e inconvenientes y consecuencias de las distintas ideas y planteamientos que se ponen sobre el tapete.
Así, los miembros de la MPS tienen diferentes ideas acerca del calentamiento global y acerca de si representa una amenaza. Por ejemplo, para el presidente checo y miembro de la Sociedad Václav Klaus no se trata de un auténtico problema, sino, más bien, una cuestión que algunos utilizan para lucrarse a costa del contribuyente. Por otro lado, hay voces que consideran más prudente esperar un tiempo, dejar hacer a los avances tecnológicos y adaptarse a los cambios en vez de tratar de alterar el clima.
En cuanto a la crisis económica, mientras que la clase política y mediática piensa que se debe a una regulación insuficiente sobre la banca y las finanzas, destacados miembros de la MPS creen que, lejos de ser la solución, las regulaciones vigentes pueden ser el problema.
Los fundadores de la MPS, entre los que se contaban Friedrich Hayek y Milton Friedman, eran individuos fundamentalmente optimistas. Su visión de un futuro más próspero y libre para la mayoría de la Humanidad se había hecho realidad en sus propias vidas. Ahora bien, al mismo tiempo eran perfectamente conscientes de la amenaza que representaban los gobiernos e ideologías opresivos, razón por la cual consideraban prioritario que la gente se mantuviera permanentemente alerta, en defensa de su libertad y prosperidad.
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