Recuerden las cifras que dimos en su momento de bajada de niveles de polución ambiental en EE UU desde 1976, cuando empezaron a conservarse estadísticas más completas.
Cómo no hacer las cosas
El perfecto ejemplo son los países socialistas. De China sabemos bastante poco, dado el control sobre la información. De Rusia y las nuevas repúblicas independientes sabemos más, a pesar de los extraños métodos empleados para acallar a los que investigan problemas ambientales. Por ejemplo, la contaminación radiactiva ha dañado varias regiones de la antigua URSS. El lago Karachay, cerca de Cheliabinsk, contiene unas siete veces la cantidad de estroncio 90 y cesio 137 que escaparon de reactor de la unidad 4 de la planta de energía nuclear de Chernobil (Ucrania).
Resumiéndolo mucho, los problemas más graves que aquejan a Rusia y a los demás países de la antigua URSS son:
– La contaminación del agua. Esta es la mayor preocupación. Menos de la mitad de la población rusa tenía acceso a agua potable en 1999. Aunque la disminución de contaminación de fuentes industriales disminuyó por la caída en la producción (desde entonces ha aumentado la producción y, consiguientemente, la contaminación), las aguas residuales amenazan crecientemente los suministros clave, junto con los riesgos de la contaminación nuclear.
– La calidad del aire es casi tan mala como la del agua, y es probable que empeore. El número de vehículos se ha incrementado rápidamente, y sus emisiones probablemente compensarán las reducciones de contaminación debidas a la reducción de actividad desde el final de la Unión Soviética y al aumento de uso de gas natural.
– La generación de residuos sólidos urbanos (RSU) se ha incrementado sustancialmente. Debido a la adopción de patrones de consumo occidentales, los ayuntamientos se ven desbordados para hacer frente a la falta de conocimiento suficiente de gestión, así como por los problemas de falta de capacidad de sus vertederos.
– Los problemas de control de materiales peligrosos son comunes, y aumentan. Los funcionarios rusos estiman en unas 200 toneladas los vertidos ilegales anuales. Por supuesto, tales vertidos se realizan en zonas sin controles suficientes.
– La contaminación nuclear y de municiones químicas es tan extensa y costosa de arreglar que los esfuerzos de corrección probablemente continuarán reduciéndose al mero vallado de las áreas afectadas.
Para que se hagan una idea de los problemas que aquejan a estas sociedades que prometían un paraíso en la tierra, y por poner un ejemplo, sepan que se vertieron a la red fluvial residuos radiactivos de alta intensidad de Cheliabinsk desde 1948 hasta 1951.
¡Estos residuos se han trasladado unos 1.500 kilómetros hacia el Océano Ártico! Y los efectos de tal abandono se van a sentir durante mucho tiempo: a finales de los años 90 se estimó en 200.000 millones de dólares el coste de la conversión del sistema de abastecimiento a uno que proporcione agua de suficiente calidad. Éstas son cantidades que los rusos no se van a poder permitir en bastante tiempo, aun con los ingresos crecientes por petróleo y gas.
Se calcula que cerca de la mitad de la población de Rusia y la mayor parte de su industria vierten sus aguas residuales al río Volga; aguas que, sin recibir tratamiento, por lo menos hasta 2003, van a parar a un mar interior, el Caspio. Este mar es tan desafortunado que, además de las aguas rusas, recibe los vertidos de las industrias de los otros cuatro países ribereños: Azerbaiyán, Irán, Kazajistán y Turkmenistán. Aunque es un problema menor al lado del de los vertidos industriales (especialmente de Azerbaiyán), no queremos olvidar Teherán, que, con sus vehículos anticuados, sin catalizadores, envía su polución del aire cuando los vientos soplan hacia el norte.
Ahora, díganme: ¿qué país de entre los de la UE a 15 y la EFTA, así como Canadá, Japón, Taiwán, Corea del Sur y EE U, tiene problemas remotamente parecidos a los aquí descritos? Son países con gran producción industrial, grandes consumidores de productos químicos, etcétera, y son, sin embargo, líderes en reducción de contaminación y en prevención de desastres como los mencionados. Nunca se ha llegado al grado de deterioro que hemos comentado.
Cómo hacer bien las cosas
Por supuesto, se puede trabajar mucho mejor que en esos paraísos en la tierra; como en este caso, Tecnología de biofiltro (Jantschak, Daniels y Paschold): un sistema para eliminar compuestos orgánicos volátiles (VOC), subproducto de la fabricación de circuitos impresos, etcétera, que llevamos en los ordenadores y móviles, pero también en los televisores, planchas, neveras, termómetros digitales, máquinas de medir la presión arterial, scanners, etcétera. [Más datos sobre productos de fabricación de circuitos, en esta guía].
Este es el camino: con prudencia, con paciencia, idear y desarrollar las tecnologías existentes más allá de los usos habituales, de forma que se inventen otras nuevas para beneficio de todos. "Todos" quiere decir incluidos los inversores, los accionistas, etcétera, que son necesarios para que los investigadores tengan el estímulo que en regímenes no capitalistas está ausente.
Como decía una de nuestras frases favoritas, se "apela a los medios de comunicación social para que sean rigurosos en la transmisión de las noticias, para no generar alarmas no justificadas desde el punto de vista científico y sanitario". Porque no es posible pretender que no haya problemas: no se puede cerrar los aeropuertos porque siempre se nos vayan a colar dos o cuatro o diez camellos cada mil pasajeros, o prohibir las cerillas, las velas y los mecheros porque cada año mueran abrasadas en sus casas, digamos, cincuenta personas, o prohibir la comercialización de leche porque salen cinco cartones en mal estado cada 10.000.
No podemos tener un universo perfecto, sino que hemos de aspirar al mejor posible, minimizando los efectos negativos de las tecnologías pero sin renunciar al desarrollo.
Tengan esperanza. No sólo el capitalismo se va a seguir moviendo a gran velocidad para no contaminar en los procesos productivos. A continuación damos cuenta de la preocupación por encontrar métodos que prevengan vertidos o emisiones en la fabricación de semiconductores (v. IEEE Transactions on Semiconductor Manufacturing, Volume 17, Issue 4, Nov. 2004):
– Reducción de emisiones de procesado de semiconductores por optimización de gas reactivo (Vartanian, V.; Goolsby, B.; Chatterjee, R.; Kachmarik, R.; Babbitt, D.; Reif, R.; Tonnis, E.J.; Graves, D.)
– Reducción de emisiones PFC al medio ambiente mediante avances de procesos de deposición química de vapor (Johnson, A.D.; Ridgeway, R.G.; Maroulis, P.J.)
– Optimización de procesos y reducción de emisiones PFC (Chan, E.M.; Loh, G.; Allgood, C.C.)
– Reducción de consumo y emisiones PFC mediante el uso de una cámara PECVD
(Avala, K.; Li Liu; Brindza, D.; Loh, G.; Moiyadi, S.A.)
(Avala, K.; Li Liu; Brindza, D.; Loh, G.; Moiyadi, S.A.)
– Litografía "seca" mediante el uso de procesos basados en dióxido de carbono líquido y supercrítico (Hoggan, E.N.; Ke Wang; Flowers, D.; DeSimone, J.M.; Carbonell, R.G.)
– Nitruros de silicio flextensionales forzados acústicamente y conjuntos de eyectores de dos dimensiones basados en silicio monocristal (Demirci, U.; Yaralioglu, G.G.; Haeggstrom, E.; Percin, G.; Ergun, S.; Khuri-Yakub, B.T).
– Eliminación de material y generación de partículas durante la abrasión de películas de cobre usando abrasivos en plataforma fija (Huang, W.H.; Tamilmani, S.; Anderson, C.; Raghavan, S.)
– Sensor para la monitorización de enjuagado de placas de fabricación (Jun Yan; Seif, D.; Raghavan, S.; Vermeire, B.; Barnaby, H.J.; Peterson, T.; Shadman, F.)
– Biotratamiento de cobre y alcohol isopropilo en residuos de la manufactura de semiconductores (Ruiz, A.; Ogden, K.L.)
– Condensación en películas porosas usando dióxido de carbono supercrítico (Bo Xie; Muscat, A.J.)
– Cuantificación de los residuos que en el medioambiente deja un equipo semiconductor mediante el uso del sistema de análisis EnV-S (Krishnan, N.; Raoux, S.; Dornfeld, D.)
[Son traducciones simplificadas de los títulos de los artículos, sólo para que se hagan una idea].
No sólo los técnicos y los científicos siguen avanzando para permitirnos ser más eficientes económicamente y a la vez no contaminar el medio, como hemos visto antes: es que los países capitalistas, como Estados Unidos, cooperan con los que tienen estos graves problemas ecológicos. Estos países que fueron socialistas, no alineados, etcétera, son beneficiarios de ayuda del capitalismo para que abandonen sus políticas destructivas y construyan un futuro mejor, respetando el medio ambiente.
Estados Unidos ayuda a reducir el daño ambiental
La cooperación de EEUU (imaginamos que de Europa también) con estos países con tan graves problemas de destrozo del medio reduce los daños y forma a sus técnicos para aprender a limpiar lo ya contaminado. Por poner algunos ejemplos (no hemos sido exhaustivos buscando), los Estados Unidos:
– ayudan a financiar en Ucrania el diseño de una planta de tratamiento de RSU,
– cofinancian un proyecto piloto para demostrar la viabilidad de las energías renovables en Bulgaria,
– han reforzado la cooperación con Rusia para la prevención de vertidos de petróleo y para la mejora de las labores de descontaminación,
– ayudan a controlar la polución debida a automóviles en Moscú mediante un programa de mejora de inspecciones y medida de la polución (ROVER), sustitución de combustibles e instalación de catalizadores,
– ayudan a la mejora del agua potable (gestión de depósitos, nuevos clorinadores, nuevos filtros en escuelas y hospitales) y del aire (se ha conseguido una reducción del 70% en frecuencia y severidad del asma bronquial en niños) de Nizhny Tagil, en los Urales,
– ayudan a poner en marcha y mantener centros de formación en gestión ambiental en Bulgaria, Polonia, Rusia, Hungría, Ucrania y República Checa (hasta diciembre de 2004 se habían formado más de 3.000 personas en estos centros),
– ayudan a gestionar las costas y los problemas de contaminación de las explotaciones de acuicultura en China, que generan una enorme cantidad de productos residuales que impide conservar en buen estado las aguas.
Todo esto, sin mencionar los programas ya acabados, como algunos de los realizados en China por la agencia de protección medioambiental de los EE UU:
– se han establecido diez acuerdos para la mejora de calidad del aire, salud pública y cambio climático,
– se ha completado la instalación de equipos de monitorización de la calidad del aire en once ciudades y se ha iniciado el mismo trabajo en otras 22,
– se ha formado a funcionarios en esas once ciudades para la monitorización y realización de predicciones de la calidad del aire,
– se ha completado una base de datos de emisiones de vehículos en Shanghai
y se ha asistido en el desarrollo de un plan de inspecciones y mantenimiento en esta ciudad.
Y aunque para los primitivistas el hombre sea un virus en el planeta, el Gobierno de EEUU cree que ayudar a la población a no morir por inundaciones es parte de la protección del medio, un objetivo bueno en sí mismo. Por eso consideramos protección ambiental que los Estados Unidos hayan firmado un convenio con el Ministerio de Recursos Hídricos de China para construir modelos matemáticos que ayuden a predecir inundaciones y sequías en la cuenca del río Huaihe, proyecto piloto para la creación de un sistema nacional de prevención y aviso a la población.
Peter Turner, cofundador de Republicans in Spain.