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LAS GUERRAS DE TODA LA VIDA

El partido de Aznar

"Tenemos en común con el partido de Aznar la ilusión, la fuerza y la convicción de que tenemos el mejor proyecto para el bienestar general", declaraba hace un par de días De Cospedal a La Razón. Nada dice acerca del proyecto para el bienestar general, pero sí nos enteramos de que su partido no es el de Aznar, sino otro que tiene algunas cosas en común con aquél, de modo que nos preguntamos legítimamente cuál es su proyecto para el bienestar general.

"Tenemos en común con el partido de Aznar la ilusión, la fuerza y la convicción de que tenemos el mejor proyecto para el bienestar general", declaraba hace un par de días De Cospedal a La Razón. Nada dice acerca del proyecto para el bienestar general, pero sí nos enteramos de que su partido no es el de Aznar, sino otro que tiene algunas cosas en común con aquél, de modo que nos preguntamos legítimamente cuál es su proyecto para el bienestar general.
El PP es el PP pero ya no es el PP. Eso es lo que se viene diciendo desde antes del congreso y se ha ratificado en el congreso. Más aún: Cospedal ofrece ayuda al Gobierno para salir de la crisis y dice que sería "una irresponsabilidad" por parte de Zmiley no aceptarla. ¿Espera acaso que Solbes llame a Rato, suponiendo que Rato sea de alguno de los dos PP realmente existentes, y le pregunte qué hay que hacer? La respuesta no le iba a gustar, porque es un estatalista decidido y Rato está justamente en el lado opuesto. ¿Aguarda la señora a que quienes acabaron vendiendo Endesa al Estado italiano consulten con Pizarro la mejor de las conductas? No: ella sabe que nada de eso va a suceder. La oferta de ayuda es nada más que un gesto de buena voluntad, un encendido de la pipa de la paz, aunque finalmente se la fume sola o en compañía de Don Mariano con su puro.
 
Entre tanto, Gallardón crece como Hulk, aunque sin cambiar de color para no desconcertar al electorado, y Esperanza se enroca y espera junto a sus leales, en el Camelot de Puerta del Sol.
 
Todo ello, unos días después del tremendo discurso de Aznar en el congreso del partido que ya no es el suyo, en el que dijo precisamente que ese partido ya no es el suyo. Lo cual no impide a Don Mariano participar de la inauguración del Campus FAES 2008, como si nada hubiera pasado ni fuera a pasar. Y diciendo, por si acaso, que cuenta con la producción intelectual de FAES para el desarrollo del PP: eso, al cabo de cinco años de ignorar todo lo que en esa fundación se ha dicho, que no ha sido poco.
 
Reconozco que no entiendo. No entiendo por qué Aznar, Esperanza Aguirre y otros permanecen en una estructura que ya está funcionando claramente en su contra. Lo que entiendo es lo de Rosa Díez. Y me gustaría que María San Gil, Ortega Lara, Aznar, Aguirre y otras gentes de bien dieran un paso de esa categoría, creando un nuevo partido, cuyas prioridades sean la unidad de la nación española y la liberalización de la economía.
 
Mariano Rajoy.El PP marianista parece tan inepto como el PSOE zapateril. ¿No tiene nada que decir de la UE? ¿No tiene nada que decir respecto del euro y el señor Trichet? ¿No tiene nada que decir del referéndum irlandés? ¿No tiene nada que decir de la consulta de Ibarreche que no sea lo que dice el Gobierno, o sea, que no pero tal vez? ¿No se les pasa por la cabeza que la federalización del PP lleva a la federalización de España? ¿No se les ocurre que la cosa no está en ayudar, sino en proponer políticas económicas alternativas? ¿O es que su visión de la crisis es tan estatalista como la de los socialistas? ¿O estarían, de ocupar el poder, igualmente empeñados en mantener el gasto público y en no reducir impuestos? (Hace poco, un periodista decía con toda ingenuidad que la receta frente a las crisis es siempre la misma: reducir impuestos y recortar el gasto público; ni se le ocurría que ésa pudiera ser una receta permanente, resumida en la ya célebre frase de Manuel Pizarro: "El dinero, donde mejor está, es en el bolsillo de los españoles". Claro que eso es liberalismo, mala palabra donde las haya. Liberalismo insuficiente, pero liberalismo al fin y al cabo. ¿Pero no sería maravilloso que siempre se viviera una economía de salida de crisis?).
 
Todo el mundo protesta por lo que no es. Hace poco, una manifestación de maestros frente a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, en la calle de Alcalá, dejó pintadas en las que se leía: "Madrid, la comunidad que menos gasta en educación". Desde luego: no tenemos que financiar más inmersión ligüística que la de una parte de los hijos de los inmigrantes; y tampoco recaudamos cobrando multas a los comerciantes que no rotulan en castellano, lo cual compensa un poco. Si hay que fomentar una segunda lengua, ésa será el inglés, y no hay necesidad de hacer campañas de promoción para eso. Ya lo decía Carles Riba, el gran poeta catalán: para recorrer el mundo basta con dos lenguas, el inglés y el catalán; la primera para viajar, la segunda para contarlo a la vuelta. Es el dinero público (que es de usted y mío, y no de nadie, como sostenía la célebre ministra) el que no se gasta en obras hidráulicas y, en cambio, se destina a la promoción de la lengua vernácula en Cataluña, el País Vasco y Galicia, cuando no en el agit-prop multicultural, tipo Fórum. Por ahí podría empezar el recorte, ¿no? Unos cuantos carteles menos en Barcelona, unos cuantos inspectores lingüísticos menos y un poquito más de dinero en el bolsillo del agricultor que produce uva en cualquier parte de España para la fabricación de cava catalán.
 
Todo esto, claro, es un sueño de tarde de verano. El régimen ya ha decidido que, por mucha crisis que padezcamos, hay cosas que no se tocan. Y, como Daniel Sirera no es enteramente de fiar en ese sentido, ya se han garantizado mediante alianza Fernández Díaz y la Nebrera que no vaya a ganar las internas en el congreso del PP catalán y cambie de verdad la cosa: hay que asegurarse el retorno a la era Piqué, por muchos miles que sean los portadores de bandera española el día de la final de la Eurocopa. (Con el artículo ya escrito, me informan de que Fernández y Nebrera han aceptado a la "candidata de consenso" de Génova: Alicia Sánchez Camacho).
 
Lo que no entiendo es por qué lo tengo que decir yo y aún no les ha saltado al cuello Alejo Vidal-Quadras, que tanto tiene para enseñar al respecto. ¿Y por qué sigue en el PP este hombre, después de lo de María San Gil y Ortega Lara? ¿Pensarán, como en los tiempos de Stalin, que la batalla hay que darla en el interior y no haciendo fraccionismo trotskista? Eso llevó a muchos a la perdición, pero hay que reconocer que los que se marcharon y montaron su propio tenderete fueron condenados al ostracismo por el régimen. Sin embargo, ni el marianismo tiene un aparato de propaganda comparable, ni se trata de cuatro locos aislados. Quien más prospera en estos tiempos de cambio es Rosa Díez. Y si no, al tiempo.
 
 
Pinche aquí para ver el CONTEMPORÁNEOS dedicado a HORACIO VÁZQUEZ-RIAL.
 
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