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CRÓNICAS COSMOPOLITAS

El camino de Santiago

Pocos días después de que se detuviera a nueve etarras, Santiago Carrillo publicaba un artículo en El País (31-III-07) en el que nos explicaba que ETA ya no existe, que no es peligrosa, que ha aceptado el camino político y que ha dejado las armas en el excusado.

Pocos días después de que se detuviera a nueve etarras, Santiago Carrillo publicaba un artículo en El País (31-III-07) en el que nos explicaba que ETA ya no existe, que no es peligrosa, que ha aceptado el camino político y que ha dejado las armas en el excusado.
Talla de Carrillo elaborada por Tino González.
Si el PP, primo hermano del Frente Nacional francés, sigue hablando de su peligrosidad, como el Foro Ermua, es porque es un residuo del franquismo, dice Carillo (lo mismo dice Polanco). Porque el verdadero peligro terrorista ("¿De espaldas ante el más peligroso terrorismo?", se titula el artículo de marras) es el islámico, el cual, no se asusten, puede cuidarse con ajo y Alianza de Civilizaciones.
 
Conocí a Carrillo en 1949, en Budapest, durante uno de esos Festivales de la Juventud convocados por el crimen organizado, o sea el KGB. Nos hizo a los cachorros de la delegación española un discurso heroico y guerrero. Pedía voluntarios para las guerrillas, primer paso hacia la guerra de reconquista que conduciría a la victoria del socialismo en España. "¡No quiero saber cuáles de estos jóvenes que me están escuchando serán mañana héroes y mártires, ni cuáles sobrevivirán. Todos sois valerosos combatientes comunistas!", nos gritó.
 
Entonces, en Budapest, yo sólo me extrañé por ese tono guerrero, que no coincidía con lo que otros comunistas españoles me decían en París. Aún no sabía que los maquis habían sido desmantelados por orden de Stalin (éste fue un monstruo, pero no un idiota), y que el propio Carrillo ya se había encargado personalmente de que los "capos guerrilleros" recalcitrantes fueran, uno tras otro, asesinados. Pero esas guerrillas eran poca cosa, y no tuvieron nada que ver con Paracuellos, pongamos.
 
Podría dar muchos otros ejemplos de la bondad de Carrillo, pero éste, que concierne a mis mocedades, nunca se me ha olvidado, y demuestra el total y sanguinario cinismo de Carrillo: nos llamaba a alistarnos en un combate comunista en el que lo primero que nos hubiera esperado eran las ametralladoras comunistas disparando contra nosotros. En realidad, lo que pretendía con esa demagogia, con esa mística militar, era crearse fieles que le ayudaran en su lucha por el poder en el PC.
 
Es curioso constatar que el único personaje con barriga que escribe en El País y defiende a rajatabla a Zapatero y a su Gobierno sea Carrillo. Claro que los asalariados, ministros y funcionarios del PS, o los limpiabotas de El País, como Aguilar, consideran también que vivimos tiempos milagrosos, gracias al matrimonio gay, pero Carrillo les supera a todos. Con la tranquilidad que procura una larga experiencia en la mentira, afirma exactamente lo contrario de la realidad: Aznar no hubiera parado de hacer concesiones a ETA, mientras que Zapatero ha "endurecido las medidas de represión contra actividades etarras, e incluso simplemente abertzales". ¿Cuál es la diferencia, salvo en el reparto de las áreas del terrorismo?
 
Es cierto que todos hemos notado la firme represión del Gobierno: sobre De Juana, liberándole, sobre Otegui, indultándole, o sobre Batasuna; o celebrando reuniones secretas de represión con ETA. Hasta se percibe su firmeza en la defensa del estatuto foral de Navarra, que pretende engrandecer suprimiendo Navarra. Y todo el resto.
 
Cabe preguntarse por qué Carrillo se saca de pronto de la manga la peligrosidad del terrorismo islámico. Éste es, efectivamente, muy real, y no sólo en España, sino prácticamente en el mundo entero. Evidentemente, con esto pretende exculpar a ETA de toda peligrosidad y, siguiendo la voz de sus amos, hasta de los sanguinarios atentados de Atocha.
 
Yo pienso que ninguna persona con sentido común considera que el terrorismo islámico no tiene nada que ver con dichos atentados. Lo que está en cuestión y sin resolver, si juzgo por los alaridos histéricos que rodean este caso, es si ETA tuvo algo que ver, si hubo alguna colaboración, y de qué tipo, y si existen indicios de que una tal colaboración pueda repetirse en un futuro próximo, con tan graves resultados o incluso peores.
 
Como no tienen argumentos, sólo les queda el recurso a la mentira; y, faltos de imaginación, como del resto, siempre repiten los mismos bulos. Y no podía faltar que Carrillo repitiera el de la tan traída y llevada reunión de las Azores, con Bush, Blair, Aznar y Durao Barroso (siempre se olvida a éste).
 
Jacques Chirac.Pero mete la pata: el inicio del segundo acto de la guerra de Irak no se decidió allí, como dice, ya estaba iniciado. Fue una reunión de solidaridad occidental contra el "pacifismo" antiyanqui y pro Sadam Husein, entonces encabezado por Chirac, y poco después varios países europeos se solidarizaron públicamente con esa política, oponiéndose así al Gobierno francés.
 
Carrillo, que exculpa cínicamente a ETA de toda peligrosidad, considera al terrorismo islámico como el único y el más peligroso... y se contradice totalmente, porque al mismo tiempo que lo señala lo ningunea: sería "una cuestión de los servicios de policía y de inteligencia", y políticamente se resuelve con la Alianza de civilizaciones. O sea, con nada. Si alguien ha notado alguna iniciativa de los señores Zapatero y Erdogán contra el terrorismo islámico, que nos la señale. Sería curioso.
 
El camino de Santiago es el mismo de siempre, calzada de sangre y mentira, y su cínico oportunismo ya ni siquiera da risa. Como Polaco, chochea.
 
Da la casualidad de que, en el mismo número de El País, Antonio Elorza pretende "Pensar la izquierda". Que se distancie de las ilusiones revolucionarias no es noticia; algo más nos interesa que se mofe, suavemente, de los zapateristas (y de Santiago Carrillo), que esgrimen el "espantajo" del PP fascista, y de quienes (como Santiago Carrillo) se creen el bulo de la Alianza de Civilizaciones o pretenden imponer a rajatabla "la versión simplificada de la política preferida por Zapatero".
 
Si no es el de Lenin, ni el de Mao, ni el de Zapatero y sus limpiabotas (como Santiago Carrillo), ¿cuál es el camino propuesto por Elorza? Contra el capitalismo (porque, claro, sigue siendo reaccionario) es "más necesario que nunca la existencia de un pensamiento crítico que tenga su referencia en los que son hoy sus portadores viables, los partidos socialdemócratas y los movimientos ecologistas".
 
¡Pobre izquierda, ya nada le queda, si pretende sustituir a Lenin por Al Gore, en nombre del anticapitalismo!
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