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COMER BIEN

De cierres y aperturas

Si son ustedes usuarios de guías gastronómicas al uso, quiero decir las que dedican sólo unas líneas a cada restaurante, verán que, poco a poco, hay un apartado que va comiendo espacio a todos los demás: el de los cierres.

Si son ustedes usuarios de guías gastronómicas al uso, quiero decir las que dedican sólo unas líneas a cada restaurante, verán que, poco a poco, hay un apartado que va comiendo espacio a todos los demás: el de los cierres.
Los restaurantes cierran cada vez de forma menos predecible
Normalmente, una guía trae, con cada restaurante, una serie de datos: la calificación que le merece, la dirección, el teléfono, el fax, ahora el 'emilio', el precio medio a la carta, el precio del o de los menús-degustación, una serie de indicaciones prácticas, como si hay aparcamiento, si se hace cargo del coche el portero, si tiene aire acondicionado, si pueden acceder personas con minusvalías, si admite o no tarjetas de crédito...

También vienen, claro, algunas líneas, siempre pocas salvo en 'Lo mejor de la gastronomía', de Rafael García Santos, que dedica una página a cada establecimiento, en las que se nos cuenta el estilo de cocina del local y se mencionan algunos de sus mejores platos.

Todo esto ocupa un espacio, claro; pero lo que cada día ocupa más es... la explicación de qué días cierra o, mejor dicho, no abre el restaurante en cuestión.

Antes era bastante sencillo. En Madrid, por ejemplo, y salvo excepciones tan notables como 'Lucio' o 'El Cenador de Salvador', que está en Moralzarzal, los restaurantes cerraban 'sábados a mediodía y domingos'. En otros lugares, como San Sebastián, 'domingos noche y lunes'. Por cierto: lo de comer o cenar fuera un domingo en Madrid o un lunes en Donostia se las trae.

Bueno, pues ahora, aunque lo de los domingos madrileños y los lunes donostiarras siga vigente, el abanico abarca muchas más opciones, a cual más imaginativa. A ver: hay restaurantes que cierran 'domingos noche y lunes, salvo en julio y agosto'. Bien: cortito y fácil. Vamos con otro: 'domingos noche, lunes y martes de octubre a junio, lunes a mediodía de julio a septiembre, primera quincena de febrero, segunda de noviembre, Navidades y Semana Santa'.

Más ejemplos: 'lunes y cenas, salvo viernes y sábados'. Otro: 'noches de domingo y jueves y lunes todo el día'. Luego hay muy curiosas excepciones. Bueno; algunas no tan curiosas, porque hay restaurantes de los que sólo abren por la noche los viernes y los sábados que le informan de que, si quiere, reserva y suministra un número determinado de comensales, abrirán para usted. Normal.

Pero hay más excepciones: el que cierra los domingos 'excepto vísperas de festivos', o cierra los festivos 'excepto fin de semana'. Creo recordar que mi amigo José Juan Castillo, que cierra su 'Nicolasa' de San Sebastián los domingos, lo abría si jugaba en casa la Real... como Gonzalo Antón, también querido amigo y unos cuantos años presidente del Alavés, abría su 'Zaldiarán' vitoriano los domingos que había partido del 'Glorioso' en Mendizorroza.

Como ven, para todos los gustos, y lo mismo ocurre con los cierres vacacionales, cuando los hay. Madrid, ya se sabe: agosto, igual que, en general, Barcelona. Los demás... pues, menos en agosto, cualquier mes. Más, claro, Semana Santa, que es mensurable y que uno sabe cuándo cae sin más que mirar el calendario, y Navidad; el cierre navideño puede ser de unos días, un par de semanas... o un mes completo.

Ya ven que los redactores de las guías tienen tajo con esto de los cierres; sin contar que, además, una vez la guía en la calle es de lo más frecuente que los propietarios de algunos restaurantes en ella incluida modifiquen sus días de cierre, con lo que la información que le facilita la guía está mal. No le eche la culpa a la guía: normalmente, no la tiene, ya que se limita a poner lo que le indican desde el restaurante.

En fin, que ya no es tan fácil eso de decir 'esta noche vamos a ir a cenar a Casa Pepe' y, efectivamente, ir; es bastante probable que, justo esa noche, 'Casa Pepe' haya decidido mantener sus puertas cerradas.

Una vez más, la recomendación es obvia: llamen. Primero, porque lo cortés, lo adecuado, es reservar mesa, y anular la reserva si al final se desiste de acudir a ese restaurante. Y, segundo, porque con una llamada telefónica se enterarán, seguro, de si ese día que usted quiere darse un homenaje el restaurante elegido está abierto o no.

Lo que puede hacer luego es apuntarlo en su agenda; le servirá hasta que, sin previo aviso, el dueño de su restaurante favorito decida que no abre los jueves por la noche. Eso sí, casi todos abren las noches de viernes y sábado; el problema, entonces, no es que el restaurante esté cerrado: es que, como abre tan pocas noches, lo imposible será conseguir una mesa si no se llama con cierta antelación. Qué fácil nos lo ponen, de verdad.
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