La diferencia básica entre los países del Primer y el Segundo mundos era que aquéllos gozaban de una economía libre, mientras que éstos padecían una planificada. Por regla general, el término "Tercer Mundo" se aplicaba a países cuyos niveles de vida, salud, educación, industrialización, etcétera, estaban muy por debajo de los de los desarrollados. (Había una categoría más, la de los denominados países neutrales, en la que figuraban Suiza, Suecia e Irlanda, por poner tres ejemplos).
Algunos países del Tercer Mundo progresaron; pero como también lo hicieron los encuadrados en el Primer Mundo, las diferencias, por lo general, se mantuvieron constantes.
Con la caída del Muro de Berlín, los países comunistas optaron por la economía de mercado y se modernizaron; muchos de ellos son hoy miembros de la Unión Europea. Pasaron, pues, a la categoría superior. Así las cosas, desde 1990 se dejó de emplear la expresión "Segundo Mundo" para identificarlos.
Hoy por hoy, podría denomimarse "Segundo Mundo" a los países en vías de desarrollo que han optado por la economía libre y que no están tan avanzados como los del Primer Mundo ni tan atrasados como los del Tercero. En Latinoamérica, el único país al que podríamos colocar tal etiqueta es Chile.
La mayoría de los países del Primer Mundo se encuentra en el Hemisferio Norte. Se podría alegar que el calor embrutece, pero ése no parece el motivo de que unos sean más prósperos que otros. En Israel la temperatura es igual de elevada que en los países árabes, pero el Estado judío forma parte del Primer Mundo y estos últimos no, pese a que tienen más dinero.
Tampoco China, que es la tercera economía del globo, ni la India, en asombroso crecimiento, son miembros del Primer Mundo. Lo mismo puede decirse de Brasil (9ª economía) y de México (11ª). Estos cuatro países segurán sin pertenecer a dicho grupo mientras sus niveles de pobreza sean tan altos, sus populosas poblaciones marginales vivan en casas de cartón y el nivel de vida medio de sus ciudadanos sea tan bajo.
Y qué decir de los demás países latinoamericanos, principalmente los populistas, que ya son casi todos: decidieron retroceder cien años con su folclórica versión de socialismo.
Debido a que algunos países subdesarrollados gozan de algunos de los entretenimientos del Primer Mundo, está empezando a cobrar protagonismo la etiqueta "Cuarto Mundo", que sirve para distinguir a los países latinoamericanos de los africanos sumergidos en la miseria y las luchas tribales. También se aplica a las naciones indigenistas.
Hay que agregar que las poblaciones del Primer y el Segundo mundos sienten respeto por las leyes y tienen valores éticos y morales elevados, y que defienden unos principios universales que brillan por su ausencia en el Tercero.
© Diario de América
Algunos países del Tercer Mundo progresaron; pero como también lo hicieron los encuadrados en el Primer Mundo, las diferencias, por lo general, se mantuvieron constantes.
Con la caída del Muro de Berlín, los países comunistas optaron por la economía de mercado y se modernizaron; muchos de ellos son hoy miembros de la Unión Europea. Pasaron, pues, a la categoría superior. Así las cosas, desde 1990 se dejó de emplear la expresión "Segundo Mundo" para identificarlos.
Hoy por hoy, podría denomimarse "Segundo Mundo" a los países en vías de desarrollo que han optado por la economía libre y que no están tan avanzados como los del Primer Mundo ni tan atrasados como los del Tercero. En Latinoamérica, el único país al que podríamos colocar tal etiqueta es Chile.
La mayoría de los países del Primer Mundo se encuentra en el Hemisferio Norte. Se podría alegar que el calor embrutece, pero ése no parece el motivo de que unos sean más prósperos que otros. En Israel la temperatura es igual de elevada que en los países árabes, pero el Estado judío forma parte del Primer Mundo y estos últimos no, pese a que tienen más dinero.
Tampoco China, que es la tercera economía del globo, ni la India, en asombroso crecimiento, son miembros del Primer Mundo. Lo mismo puede decirse de Brasil (9ª economía) y de México (11ª). Estos cuatro países segurán sin pertenecer a dicho grupo mientras sus niveles de pobreza sean tan altos, sus populosas poblaciones marginales vivan en casas de cartón y el nivel de vida medio de sus ciudadanos sea tan bajo.
Y qué decir de los demás países latinoamericanos, principalmente los populistas, que ya son casi todos: decidieron retroceder cien años con su folclórica versión de socialismo.
Debido a que algunos países subdesarrollados gozan de algunos de los entretenimientos del Primer Mundo, está empezando a cobrar protagonismo la etiqueta "Cuarto Mundo", que sirve para distinguir a los países latinoamericanos de los africanos sumergidos en la miseria y las luchas tribales. También se aplica a las naciones indigenistas.
Hay que agregar que las poblaciones del Primer y el Segundo mundos sienten respeto por las leyes y tienen valores éticos y morales elevados, y que defienden unos principios universales que brillan por su ausencia en el Tercero.
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