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ECONOMÍA

¿Cómo que la culpa es de los especuladores?

¿Sabe usted que si no hubiera especuladores los alimentos y las medicinas costarían más? Son muchos los políticos que andan buscando a los malos que están detrás de la espectacular subida de la gasolina; pero como van por la vida sin espejo retrovisor e ignoran la historia, no hacen sino empeorar la situación.

¿Sabe usted que si no hubiera especuladores los alimentos y las medicinas costarían más? Son muchos los políticos que andan buscando a los malos que están detrás de la espectacular subida de la gasolina; pero como van por la vida sin espejo retrovisor e ignoran la historia, no hacen sino empeorar la situación.
En los mercados de futuro los actores se comprometen a vender y comprar en una fecha determinada. Hay mercados de futuro para casi todos los alimentos, metales y productos energéticos. Estos mercados, que se originaron hace dos siglos, son tan importantes para la economía mundial porque permiten a productores y consumidores fijar hoy un precio y eliminar, así, los riesgos aparejados a los vaivenes de los mismos.
 
Supongamos por un momento que usted es un productor de maíz, que este año puede cosechar un celemín por 5 dólares y que por tal cantidad se pagan 7 dólares. Si esos 2 dólares de beneficio son la mejor oportunidad de lucro que se le presenta, puede que incluso que plantee aumentar la producción. Pero claro, también puede darle por pensar que, con esos precios, lo mismo el número de productores crece hasta el punto de empujar hacia abajo los precios y llevarle a usted a la quiebra. Pues bien, gracias a los mercados de futuro usted podría colocar parte de su cosecha futura a precios actuales.
 
Pero también sirven a los intereses de los compradores, que pueden cerrar un precio y resguardarse, así, de ulteriores subidas. O sea, que los mercados de futuro procuran cierta cobertura tanto a los compradores como a los vendedores. Y los que aportan la liquidez al mercado y corren con los riesgos inherentes a los vaivenes de los precios son los especuladores.
 
Pensemos ahora en el petróleo. Un pequeño productor sabe lo mucho que cuesta perforar nuevos pozos, y sólo se decide a ello si logra un precio en el mercado de futuros que le permita ganar dinero.
 
Los políticos responsabilizan del alto precio de la gasolina a los especuladores, pero si éstos dejaran de existir, por obra y desgracia de una nueva tanda de regulaciones, las exploraciones y las nuevas perforaciones se verían muy perjudicadas, así como la producción de los buques que transportan el crudo.
 
En un mercado libre y privado, el petróleo sería mucho más barato, pero resulta que el 88% de las reservas está en manos de compañías públicas, casi todas pertenecientes a países miembros de la OPEP. Por otro lado, el petróleo podría extraerse de muchos otros lugares si los gobiernos no prohibieran extraerlo de determinadas zonas.
 
Los especuladores no son el problema, sino parte de la solución, pues reducen los riesgos que asumen los productores y, así, contribuyen a que los mercados estén siempre provistos.
 
 
© AIPE
 
RICHARD W. RAHN presidente del Center for Global Economic Growth y académico del Cato Institute.
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