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Crónicas cosmopolitas

"Apartheid" catalán

No creo que deba exagerarse la importancia de este Manifiesto “Por un nuevo partido político en Cataluña”, ni la de sus firmantes, en el sentido de que es poco probable que logren su cometido: la creación de un nuevo partido que arrase en las futuras elecciones con consignas como las expuestas durante su conferencia de prensa: “Nosotros no somos nacionalistas. Somos españoles del Estado español, el único que existe.” Pero bueno, algo es algo, y constituye una señal evidente de malestar y en muchos casos de indignación ante la política de apartheid que impera en Cataluña, agravada últimamente con la siniestra coalición Martorell-Carod, aún más cerca que la conducida por Pujol y  compinches.

No creo que deba exagerarse la importancia de este Manifiesto “Por un nuevo partido político en Cataluña”, ni la de sus firmantes, en el sentido de que es poco probable que logren su cometido: la creación de un nuevo partido que arrase en las futuras elecciones con consignas como las expuestas durante su conferencia de prensa: “Nosotros no somos nacionalistas. Somos españoles del Estado español, el único que existe.” Pero bueno, algo es algo, y constituye una señal evidente de malestar y en muchos casos de indignación ante la política de apartheid que impera en Cataluña, agravada últimamente con la siniestra coalición Martorell-Carod, aún más cerca que la conducida por Pujol y  compinches.
Albert Boadella

Es lógico que hayan tomado la iniciativa un bastante nutrido grupo de intelectuales, escritores, profesores, periodistas y editores, no porque su opinión cuente más que otras, sino porque profesionalmente, por así decir, tienen más facilidades de expresión, y más posibilidades para dar a conocer sus críticas, pero el descontento supera su ámbito y la rebeldía gana otros sectores de la sociedad, más anónimos, por ahora, y que aún no han encontrado expresión política y electoral. Además, como uno de los principales frentes de esta lucha contra el apartheid es el de la lengua, porque el bilingüismo se ha transformado en masacre del español, e imposición dictatorial del catalán en todos los ámbitos, es normal que escritores y profesores –y mañana estudiantes- estén en primera línea. Pero la guerra lingüística no es la única, está la cuestión del nuevo estatuto, en una palabra la cuestión de España.

Leo en la prensa algunas reacciones de catalanistas a este manifiesto, particularmente jocosas. Así, por ejemplo, Felipe Puig, de CiU, les trató de “pijo-progresitas”. Lidia Santos, diputada socialista, afirma que el PSC “no es nacionalista, sino catalanista”. Lo cual es lo mismo que afirmar que no es tuerto, porque sólo le falta un ojo. El histriónico representante de ERC en la Generalitat, la “extrema derecha catalana”, como la califican los “abajo firmantes”, Joseph Bargalló, recordó que ya en 1982, Federico Jiménez Losantos y Amando de Miguel, encabezaron un manifiesto similar. Pues ¡a mucha honra, camaradas! Otros con un conocimiento histórico discotequero, les tildaron de lerrouxistas... Estas reacciones violentas y casi unánimes, demuestran que han dado en el clavo, y ya era hora.

Arcadi Espada, uno de los intelectuales que han firmado el manifiestoTambién cabe preguntarse por qué bastantes de los firmantes, según confiesan votaron al PSC en las últimas elecciones. Arcadi Espada, por ejemplo, dijo, en la conferencia de prensa: “Yo no voté al PSC para que hiciera en el Gobierno más nacionalismo del que hacía en la oposición”. Estaría distraído, porque nacionalismo catalanista, el PSC lo está haciendo desde hace años, y lo único que ha empeorado con las últimas elecciones es que necesitando a ERC y ICV-EU, para gobernar, está ínfima minoría impone sus criterios racistas a un PSC fofo, blando y oportunista. Lo de la Feria de Francfurt, de la que estos energúmenos quieren excluir a los escritores catalanes que escriben en español –o sea los mejores-, constituye un primer síntoma, mañana retirarán el derecho de voto a los catalanes no catalanistas, como está en los proyectos del PNV, para la futura Vasconia independiente.

Porque, como no hace mucho en África del Sur, cuando imperaba el apartheid (o separación), se está imponiendo un apartheid en Cataluña, entre los catalanes de sangre pura, de raíces puras, de alma pura, de lengua pura, y los “charneros” y “murcianos”, incluso cuando tienen la desgracia de haber nacido en Cataluña, de padres, abuelos y tatarabuelos catalanes, porque eso no les basta, exigen además odio a España, a la lengua española, y particular odio a Madrid, paradigma de todos los horrores.

La batalla de una Cataluña bilingüe de verdad y plural –o sea democrática-, en una España unida y plural, no se circunscribe a la enseñanza –donde los estragos son inmensos, no sólo contra el español y España, también cunde el antisemitismo, por ejemplo-, o la edición. Lo mismo ocurre en la Administración, en el comercio, en la política municipal y regional, por todas partes, y si no se les para los pies, impondrán un certificado de sangre pura para poder votar. Desde luego, no han ganado del todo, y limitándome a un ejemplo, recordaré que Avui sigue en quiebra permanente y La Vanguardia escrita en español.

Siempre según la prensa, el portavoz del PP, Francisco Vendrell, declaró en relación con ese “manifiesto” que quienes tenían un problema eran los del PSC, y no su partido. Lo siento muchísimo pero no es verdad, el PP también tiene un problema y de órdago. Incluso admitiendo que cuando Arcadi Espada criticó al PP, lo hizo para “quedar bien”, y aparentar ser “de izquierdas”, eso no quita que lo que dijo es cierto. Es cierto que el PP perdió credibilidad como oposición al nacionalismo catalán cuando defenestró a Alex Vidal-Quadras a cambio del apoyo de CiU, y ahora cuando se dispone a aceptar el nuevo estatuto que define a Cataluña como nación. Yo no sé si la “defenestración” de Vidal-Quadras fue una triste pero absoluta necesidad; aunque no me lo crea, de lo que estoy convencido es de que el oportunismo a corto plazo, siempre se paga a la larga. Y, además no se trata sólo de un hombre, por valioso que sea, y lo es; se trata de ideas, de política.

Y si la cogobernación catalanista Carod-Martorell ha empeorado la situación en Cataluña, la jefatura oportunista y sin principios de Piqué, ha empeorado la situación del PP, en Cataluña. Conclusión: hay que defenestrar a Piqué, y poner a Vidal-Quadras en su lugar. O en todo caso, sus ideas, su política. Bueno, eso opino yo, que soy un Don Nadie, ni siquiera catalán, sólo a medias mallorquín –eso les basta a muchos para hacer catalanismo subvencionado-. Tienen que decidirlos los militantes del PP, si es que aún saben quienes son y donde están. Éramos muchos y parió la abuela. O podrá parir monstruos; en Galicia, por ejemplo. Y Zapatero tan contento, celebrando matrimonios gays, mientras que España se hunde.

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