Es por ello que Praga se convierte en una de las mejores alternativas para disfrutar de la navidad. Si por sí misma Praga es una ciudad de visita obligada, en Navidad su belleza escapa incluso de nuestra capacidad de percepción. Las luces adornan las calles históricas realzando el bucólico paisaje nevado de su arquitectura. Un paseo temprano, cuando la escarcha se agarra a sus tejados, es el mejor momento para entender el ritmo de esta ciudad. Ciudad muy fácil de ver por su ordenada y perfecta estructura, ofrece a grandes y pequeños experiencias inolvidables que se acrecientan en esta época del año.
Aquí tenemos opciones para todos los gustos. Los amantes de la música encuentran en esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, una cita ineludible en los conciertos de adviento. Este año el programa es apretado. La ópera estatal de Praga se pone sus mejores galas los días 25 y 26 de diciembre para ofrecer en concierto la misa de Jakub Jan Riba. La Basílica de San Juan, situada en la conocida Plaza de la Ciudad Vieja, tiene lugar del día 25 de diciembre al 6 de enero los conciertos de música de órgano, entre otras citas musicales.
Como complemento, toda la actividad cultural de la ciudad. Marco de referencia de bohemios e intelectuales, la cultura es una de las grandes protagonistas de la urbe. Así, existe un gran número de salas y museos repartidos por toda la capital, como las exposiciones del Castillo de Praga, el Museo de su célebre ciudadano Kafka, la Galería Nacional, el Museo de Kampa o el Museo de Muchas; además de las representaciones la Mágica y de Teatro Negro… Todo ello como complemento del Año Mozart, con la representación de La Clemencia de Tito y la obligada Flauta Mágica, como cierre del Mozart Praga 2006.
El bullicio y el ruido también tiene su sitio. Aquellos que buscan la diversión, y sobre todo el pasar un fin de año alegre, también acertarán al escoger Praga. En la Plaza de la Ciudad Vieja la fiesta comienza a media tarde con un show de música y teatro, y alcanza el culmen con la entrada del nuevo año anunciada por el desfile de figuras del reloj Astronómico y el lanzamiento de fuegos artificiales. A continuación, el nuevo año arranca con una sucesión de conciertos al aire libre.
Pero ante todo, no podemos dejar de lado el Praga tradicional, al que se une el gran ambiente navideño. El centro histórico se engalana con la iluminación de las calles, y los famosos mercadillos de la Plaza de la Ciudad Vieja y la Plaza de Wenceslao; llegan a reunir del 2 de diciembre al 1 de enero más de 150 puestos tradicionales. Y todo ello, bajo un marco espléndido que nos evoca hacia el ilustre pasado imperial de la ciudad, en una ciudad que encierra arte e historia por todos sus rincones.
Además, como buena capital europea que se precie, la ciudad de las cien torres también dispone de calles comerciales en las que el turista puede elegir entre innumerables productos. Praga es una ciudad para pasear, y que mejor que disfrutar de un tranquilo paseo por las calles Na Prikope y Parizska, muy céntricas, y permitirnos algún capricho, adquiriendo alguna prenda de las principales marcas internacionales, o adquirir el típico cristal de bohemia. Incluso podemos encontrar algún que otro mimo, vestido de soldado Sveij. El espíritu de Hasek sale de las buenas cervecerías de la ciudad.
Hoteles:
Hotel Madarín Oriental. Nebovidska 459/1, Mala Strana. Tlf +420 233 088 888. Si es amante del lujo, no puede dejar de hospedarse en el nuevo hotel Mandarín de Praga, que por unos 525 coronas checas podrá disfrutar de una de las mejores localizaciones de la ciudad.
The Art Hotel. Nad Kralowskou Oborou, 53. Tlf +420 233 101 331. Los amantes de la música se pueden alojar en hotel Art, porque todo el edificio es como una gran sinfonía. 24 habitaciones.
Para quienes prefieran hoteles más pequeños y económicos:
Hotel U Tri Pstrosu. Drazickeho Namesti, 12. Tlf +420 257 288 888. Situado muy cerca del famoso Puente Carlos
Hotel Villa Voyta. Novemu Dvoru, 124/54. Tlf +420 261 711 307.
La gastronomía no es el fuerte de la cultura checa. Sin embargo, comer nunca es un problema para el visitantes de Praga. El centro de la ciudad ofrece restaurantes para todo tipo de paladares y bolsillos donde probar entre otros, los platos más típicos de país como la carne de cerdo asada con col agridulce. Aún así, si se lo puede permitir le recomendamos el restaurante Hradcani (Klerova, 6) con platos nacionales de impecable calidad. Quienes deseen degustar los más exquisitos platos de caza no pueden dejar de pasarse por el U Lorety (Lorítanski nam, 8); y para los más románticos el Ópera Grill (Karolóny Sveyl, 35) es el mejor comienzo para una noche de ensueño,
Paraíso para los amantes y la buena cerveza. Para beber, la ciudad dispone de las mejores cervecerías del mundo. Es de visita recomendada la llamada U Fleku (Kremencova, 1) que desde 1499 elabora su propia cerveza. Todo ello, sin olvidar sus cafés, muchos de ellos decorados bajo el la influencia del estilo modernista y rincón de actores e intelectuales. Así, no puede dejar escapar la oportunidad de visitar el Café Slavia (Narodni, 1), lugar de reunión de muchos actores del cercano Teatro Nacional.
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