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CEREMONIA DE GRADUACIÓN

Theodora de Grecia, una actriz en la familia

La descubrimos cuando era tan sólo una niña navegando en el yate "Fortuna", en las aguas del Mediterráneo, junto a sus tíos, los Reyes de España; y sus primos, el príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina. Y ahora, dos décadas después, la recuperamos, con 23 años recién cumplidos, subida a un escenario el día de su gran debut como actriz de teatro.

La descubrimos cuando era tan sólo una niña navegando en el yate "Fortuna", en las aguas del Mediterráneo, junto a sus tíos, los Reyes de España; y sus primos, el príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina. Y ahora, dos décadas después, la recuperamos, con 23 años recién cumplidos, subida a un escenario el día de su gran debut como actriz de teatro.
La princesa Theodora durante una representación

La princesa Theodora, inglesa de nacimiento y griega de corazón, ha obtenido tras dos años de estudios en la Universidad de Northeastern, en Boston, y cuatro años en la de Brown, de Rhode Island, la licenciatura en Drama y Artes escénicas. Un oficio nada común para una princesa de sangre real que ha desafiado siglos de tradición y de historia con el fin de poder cumplir el sueño de su vida. Theodora de Grecia se presentó oficialmente como actriz el mismo día en el que se despedía de Brown, la universidad en la que ha disfrutado estos últimos años de una existencia anónima entre las grandes mansiones y las impresionantes playas del pequeño estado de Nueva Inglaterra. Como otros cientos de alumnos, la princesa griega vive la ceremonia de graduación como una experiencia en la que las emociones personales se entremezclan con las tradiciones centenarias.

Las celebraciones comienzan en el campus con un bufé en el que se sirve falda de costillar, pollo riviera, tortellini Provençal, ensaladas y un gran surtido de postres. Lo necesario para reponer energía antes de que los estudiantes y sus familias se pongan sus zapatos de baile. El jardín principal y el campo Lincoln se transforma por toda una noche en un enorme salón con una gigantesca pista al aire libre iluminada con cientos de farolillos de papel. Las invitadas se mezclan sin complejos con sus trajes largos de noche o con Shorts con caballeros que llevan esmoquin o vaqueros. Theodora luce un precioso vestido y está feliz por haber reunido a su familia –aunque eche de menos a su hermano, el príncipe Pablo y a la esposa de éste, Marie Chantal– en la que será una de las celebraciones que marcarán el resto de su vida.

Vestida con su toga y su birrete

Como una "Brunoniana" más, el último domingo del pasado mes de Mayo, la hija de los Reyes de Grecia se une al desfile de Graduación en el jardín de la Universidad. La Brown Band interpreta la marcha de la universidad a la vez que las centenarias campanas vuelven a repicar una vez más. Es la señal para que los alumnos licenciados desfilen hacia el College Hill pasando por Van Wickle Gates. Las puertas giratorias que se abren sólo dos veces al año: hacia dentro como señal de admisión de los nuevos alumnos que comienzan el curso en otoño; y hacia fuera, a modo de adiós, el día de la ceremonia de graduación. Vestidos con su toga y su birrete, los candidatos serán llamados por orden alfabético. También Theodora. Muy cerca de ella, sus padres, los Reyes Constantino y Ana María; y sus hermanos, la princesa Alexia, el príncipe Nicolás y el príncipe Philippos, viven emocionados, desde una de las primeras filas, la entrega de los diplomas y muy especialmente la presentación de su hija como actriz con un monólogo de 40 minutos de duración, que "Theo" escribió e interpretó en el teatro de la Universidad Brown. El centro que se ha distinguido históricamente por haber sido el primero de toda la nación americana en aceptar a estudiantes de todas las religiones e ideologías.

En esta primera función, la Princesa elige compartir con su familia, sus compañeros, y con el público asistente, sus sentimientos e impresiones antes y después de su visita a Grecia en el año 2003. En "Mi Odisea", la hija de los Reyes narra cómo, tras haber conocido su país a través de los ojos y de los sentimientos de su familia –los reyes Constantino y Ana María han sufrido un largo exilio de 37 años–, llega a descubrir que no estaba del todo preparada para vivir personalmente la experiencia que supondría pisar la tierra a la que está ligada la historias de sus antepasados.

Hemos seguido con cierta distancia sus discretos pasos durante todos estos años sin saber que, siendo todavía una niña, esta Princesa de cuna había decidido convertirse en actriz de teatro; en una maga de las artes escénicas. Aunque para ello, y como miembro de la Brown Alumni Association (BAA), Theodora, la actriz debutante haya decidido ampliar sus estudios en arte dramático e interpretación el próximo año académico. Al menos así nos lo dijo cuando, después de comentar que su padre, el Rey Constantino, " también disfrutó participando en obras de teatro en su época de estudiante" , aseguró rotunda que "quiero fomentar mis estudios dentro de la profesión teatral porque es demasiado pronto para saber qué me deparará el futuro." Theodora sí sabe, sin embargo, que no tiene preferencias "entre el drama o la comedia, porque es el nivel de reto lo que me hace disfrutar más de un papel. Cuando menos se parece a mí el personaje, más creativa puedo ser."

Nieta de Federica de Hannover y Pablo de Grecia (por parte de padre); de Ingrid de Suecia y de Federico IX de Dinamarca (por parte de madre); sobrina de las reinas doña Sofía de España y Margarita de Dinamarca; prima del príncipe de Asturias y de Federico, el heredero al trono danés; y ahijada de la reina de Inglaterra, la princesa Theodora se ha atrevido a salir a un escenario haciendo quizá justicia a Grecia –donde la poesía y el teatro vieron la luz hace más de dos mil años– pero también a su tía, Margarita de Dinamarca, la reina artista. La monarca que ha compaginado el ejercicio de su Soberanía con su pasión por las artes escénicas, el dibujo, la pintura, los decorados de teatro, las ilustraciones de la obra de Tolkien en "El señor de los anillos"... Y, por supuesto, a su abuelo, Federico IX, el Soberano que dirigía orquestas sinfónicas y que, de no haber sido Rey, hubiera destacado, según lo que cuenta la historia, como uno de los mejores músicos de Dinamarca.
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