REAL MONASTERIO DE SAN LORENZO DE EL ESCORIAL
Construido en tiempos de Felipe II para conmemorar la victoria hispana en la batalla de San Quintín, su envidiable emplazamiento ha hecho de él un centro turístico de fama mundial.
El monasterio fue erigido en memoria de San Lorenzo, martirizado en Roma el año 258. Murió en una parrilla, y parrilliforme es la planta de este Real Sitio. Las obras se iniciaron en 1563 y no concluyeron hasta 1584. En un primer momento el arquitecto responsable fue Juan Bautista de Toledo, pero falleció en 1567. Le sucedió su discípulo Juan de Herrera, que imprimió su sello personal al conjunto.
Una de las más notables dependencias de esta joya arquitectónica es la biblioteca, que cuenta con una magnífica bóveda de Pellegrino Tibaldi y alberga 40.000 volúmenes – entre ellos los que en su día pertenecieron a Felipe II–, así como documentos de gran importancia.
El majestuoso Patio de los Reyes conduce a la magnífica basílica, cuyo retablo flanquean los monumentos funerarios de Carlos I y Felipe II. Bajo la Capilla Mayor se encuentra el Panteón de los Reyes, donde reposan los restos de los monarcas españoles.
No podemos dejar de visitar el museo de pintura, donde se exponen obras de las escuelas flamenca, española e italiana.
PALACIO REAL DE LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO
Felipe V quedó prendado de la belleza de los pinares de Valsaín y decidió levantar entre ellos un palacio con la majestuosidad del de Versalles. Así las cosas, encargó al arquitecto Teodoro Ardemans reformar el lugar donde los monjes jerónimos del Parral tenían una granja y una ermita dedicada a San Ildefonso.
Hoy en día el Palacio de La Granja, que fue residencia real durante los siglos XVIII y XIX, es un museo abierto al público.
El recinto cuenta con seis kilómetros de jardines, que se dice pronto; pero lo que realmente le ha dado renombre son sus ocho fuentes. Las más famosas son la de Neptuno y la de Diana. Si tienen ocasión, pásense por aquí en una de estas tres fechas: 30 de mayo (San Fernando), 25 de julio (Día del Apóstol), 25 de agosto (San Luis); y es que entonces se activan los juegos de agua de todos los surtidores: el espectáculo es de una belleza extraordinaria.
PALACIO DE RIOFRÍO
Los libros de Historia cuentan que, tras la muerte de Felipe V, Isabel de Farnesio se trasladó a La Granja. Por aquel entonces adquirió el Coto de Riofrío, donde decidió levantar un nuevo real sitio. El resultado fue este delicado pabellón de caza, que nos dice mucho de cómo era la vida cotidiana de esta gente en el Siglo de las Luces.
La escenografía es perfecta. El bosque, con una extensión de 625 hectáreas, es un notable paraje natural, poblado de gamos y ciervos La arquitectura del palacio es de inspiración italiana, y sobresale por sus dos escaleras principales, gemelas y simétricas.