Los emperadores, que habían recibido por teléfono, durante su estancia en la isla de Hokkaido, la buena nueva de la llegada al mundo del pequeño –tercer hijo del príncipe Akishino y su esposa, la princesa Kiko–, regresaron a Tokio el pasado sábado por la noche, y a la mañana siguiente acudieron al hospital para conocer al recién nacido. A su llegada al centro médico, donde permanecen madre e hijo, los periodistas les acogieron entre felicitaciones. "Enhorabuena por el nacimiento del príncipe!", les gritaron una y otra vez, a lo que respondieron con un simple "gracias" y, eso sí, radiantes sonrisas.
El padre de la criatura, segundo hijo de los soberanos japoneses, se reunió ayer con éstos y les explicó los detalles del nacimiento, así como del estado de la princesa Kiko, que dio a luz al niño el pasado día 6 en un parto por cesárea. Tanto el pequeño, cuyo nombre se dará a conocer el próximo martes, como la madre se encuentran, al parecer, bien, y probablemente reciban el alta médica el día 16.
Tras la charla, el príncipe Akishino, junto a sus dos hijas mayores, Mako y Kako, de 14 y 11 años, respectivamente, almorzó con los emperadores. Los príncipes herederos, Naruhito y Masako, con su primogénita, la princesa Aiko, la gran perjudicada por el nacimiento de este niño en su camino al trono, también se han acercado, muy sonrientes, al centro médico para conocer al pequeño y saludar a la princesa Kiko.
Para los tradicionalistas, la llegada al mundo de este bebé pone fin al debate sucesorio abierto en Japón por la inexistencia de un heredero varón que relevara a Naruhito y a Akishino, dado que en el país aún está en vigor la ley sálica. Se había planteado la posibilidad de reformar dicha normativa para permitir el ascenso al trono a la princesa Aiko, única hija de Naruhito y Masako. Una polémica medida a la que se opuso, desde el primer momento, el sector más conservador de la sociedad nipona, defensor de mantener pura una línea imperial de ascendencia masculina. Aunque por otros cauces, sus plegarias fueron oídas: el anuncio del embarazo de Kiko paralizó en su momento dicho proyecto.
El nacimiento del nuevo heredero, no obstante, no ha detenido del todo la polémica. Al tiempo que los principales periódicos del país se felicitan por la llegada al mundo del príncipe, abogan en sus editoriales por la evolución de las rígidas costumbres de la corte del Sol Naciente y sostienen que el mencionado alumbramiento no debe servir como excusa para aplazar un debate público sobre la sucesión femenina.
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