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EN LA GALA DE LOS NOBEL

Las princesas Victoria y Magdalena se quedaron sin fiesta por orden de la reina Silvia

En Estocolmo, la capital de Suecia, llamada también la belleza sobre el agua, ha tenido lugar un año más la entrega de los Premios Nobel (105º edición) en el Salón Dorado del City Hall, también conocido como sala de conciertos. Siguiendo la tradición, y como cada 10 de diciembre, el rey Carlos Gustavo de Suecia fue el encargado de presidir la ceremonia celebrada en Estocolmo.

En Estocolmo, la capital de Suecia, llamada también la belleza sobre el agua, ha tenido lugar un año más la entrega de los Premios Nobel (105º edición) en el Salón Dorado del City Hall, también conocido como sala de conciertos. Siguiendo la tradición, y como cada 10 de diciembre, el rey Carlos Gustavo de Suecia fue el encargado de presidir la ceremonia celebrada en Estocolmo.
Victoria y Magdalena de Suecia

Un acto en el que el Monarca entregó el preciado galardón a los elegidos este año como símbolo de la excelencia en la ciencia y la literatura: seis estadounidenses premiados en Física, Química, Economía, Medicina y Fisiología; y un escritor turco, el novelista Orhan Pamuk, que narró para los presentes un cuento oriental inspirado en sus propios recuerdos de infancia y, sobre todo, en la maleta donde su padre guardó lo que había escrito –su obra literaria- y nunca publicó.

Para este acto que constituye sin duda para Suecia y sus ciudadanos una gran puesta en escena para el mundo, la reina Silvia eligió un vestido blanco “plata” de seda plisada e inspiración oriental y la colección de Zafiros de Leuchtensberg; la princesa Victoria llevó un traje dieciochesco de chifón rojo y lila sobrebordado con hojas aterciopeladas y su diadema preferida: la tiara “fringe” de Baden; la princesa Magdalena no menos elegante estrenó un traje de seda azul con tul negro sobre los hombros y la tiara que su padre, el Rey, regaló a la reina Silvia cuando se cumplió el décimo aniversario de boda.

Una ocasión única en la que las damas de la Casa Real sueca visten de largo y lucen las joyas de la corona -espectaculares piezas, de incalculable valor, que forman parte de la Fundación Familiar de los Bernadotte-. Tras la solemne ceremonia, la Familia Real y los premiados, así como otras personalidades, se reunieron en una cena y baile de gala. Los cerca de 160 invitados fueron recibidos por los Reyes en los jardines de palacio y conducidos después a la galería de Karl XI.

En la mesa de honor del salón Azul del Ayuntamiento decorado con las 10.000 flores que, como manda la tradición, envió la ciudad italiana de San Remo –lugar en el que Alfred Nobel, creador de los premios, murió en 1896- compartieron mesa con los Reyes y sus tres hijos, la princesa heredera Victoria, el príncipe Carlos Felipe y la princesa Magdalena, los premiados con el Nobel, así como el presidente de la Fundación Nobel y el del Parlamento sueco, el primer ministro y otras autoridades.

Los más de 1.200 asistentes a la cena degustaron un sabroso menú compuesto por exquisiteces de la cocina nórdica como huevas de coregono álbula de lago (el caviar sueco), vieiras y filetes de lomo de cordero. El menú fue elaborado por 20 chefs y servido por 200 camareros. Para tan distinguida ocasión, se utilizaron 7.000 piezas de porcelana, 5.000 vasos y 10.000 cubiertos de plata.

A la cena no acudió, por primera vez en 30 años, la nonagenaria princesa Lilian, tía del rey Carlos XVI Gustavo, por decisión de la Casa Real ante su avanzada edad. La princesa sí acudió no obstante a la ceremonia de entrega de premios. Más de tres horas después del inicio del banquete, se celebró el baile de gala, que finalizó hacia la media noche. Las celebraciones continuaron después con la “Nobel Night Cup”, una fiesta exclusiva en la Escuela de Negocios de Estocolmo que se prolongó hasta las cinco de la madrugada.

Según reveló al tabloide “Aftonbladet” George F. Smoot, uno de los dos ganadores del Nobel de Física -estuvo sentado al lado de la princesa Madeleine durante la cena-, tanto ella como su hermana Victoria querían ir a la fiesta, pero la reina Silvia no les dio permiso.

Acude invitada la Reina Sofía

Por otra parte, y en una ceremonia previa (con varias horas de diferencia, pero igualmente en domingo) a la que tuvo lugar en la ciudad de Estocolmo, la Familia Real Noruega presidió la entrega del Nobel de la Paz en el Ayuntamiento de Oslo. Recibieron este año el premio el bengalí Muhammad Yunus y el Grameen Bank –representado por Mosammat Taslima Begum- que él fundó y que hoy tiene casi 7 millones de prestatarios pobres, de los cuales el 97 por ciento son mujeres. Yunus, que estuvo acompañado por su familia e invitó personalmente al acto a su gran amiga la reina doña Sofía, insistió en la idea de que «la pobreza es una amenaza contra la paz» y que lo que más le había conmovido habían sido “las felicitaciones que han llegado de los pueblos más remotos de Bangladesh". Los 1,3 millones de euros aproximados con los que está dotado el galardón se repartirán entre los más necesitados.

Los Premios Nobel, que son anunciados generalmente en octubre y están considerados como los más prestigiosos del mundo se entregan anualmente todos los 10 de diciembre, fecha que coincide con el aniversario del fallecimiento en 1896 de Alfred Nobel, el industrial sueco que inventó la dinamita y que legó este galardón para distinguir a ‘‘quienes durante el año precedente hayan realizado el mayor beneficio a la humanidad’’.

Más información, en HOLA.

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