En una amplia entrevista, el cantante dedica bonitas y sentidas palabras a su novia, Anna Kournikova, y habla con verdadero cariño de sus hermanos y padres. A estos últimos atribuye, precisamente, su sencillez y parte de su éxito: "Creo que el no haber perdido la cabeza tan joven viene, en parte, de cómo me he educado. Me he criado con la fama muy de cerca, observando muchísimo a mi padre y aprendiendo lo bueno y lo malo".
Enrique habla de su padre con admiración: "A mí nunca se me pasó por la cabeza competir con mi padre. Él es una leyenda, un artista que ha vendido decenas de millones de discos sin conocer absolutamente nada del ambiente de la música cuando empezó". También habla de su madre, a quien califica como "una mujer muy discreta y muy inteligente". "Cuando la he necesitado, siempre ha estado ahí. Es un diez para mí. Mejor no lo podía haber hecho, sobre todo porque mis padres estaban divorciados, lo cual no era nada fácil".
El menor de los Iglesias Preysler confiesa que la paternidad entra dentro de sus planes, pero no a corto plazo. "Ahora mismo no creo que sea el momento de mi vida más apropiado. Sería una locura con mi actual estilo de vida. Por ahora no quiero casarme ni tener hijos. Además, Anna sólo tiene veinticuatro años".