Acompañados de su familia, los soberanos Akihito y su esposa Michiko no dudaron en posar para los medios de comunicación y saludar a los cientos de ciudadanos que se habían acercado hasta las puertas del Palacio Imperial para rendirle honores en su 75 cumpleaños. En el balcón se pudo ver a sus dos hijos varones, el Heredero Naruhito y Fumihito.
Dos hombres que mantienen una curiosa relación protocolaria puesto que, mientras uno es el heredero, el otro es el padre del futuro heredero. Naruhito, casado con la princesa Masako, sólo tiene como descendencia una hija, la preciosa princesa Aiko. Tras su nacimiento, se desató una corriente reformadora en Japón para cambiar la ley y permitir que una mujer heredase el trono pero, imbuidos en la polémica, la princesa Kiko, esposa de Fumihito, se quedó embarazada de nuevo (ya tenía dos hijas) y dio a luz a un varón, que se convirtió en el segundo en la línea sucesoria por encima de su prima Aiko.
Aunque Akihito asumió la regencia en 1988 tras la enfermedad de su padre, no ascendió oficialmente al trono hasta 1990, casi dos años después del fallecimiento del emperador Hiroito debido al periodo de luto que el protocolo japonés exige tras el fallecimiento del máximo responsable del Reino del Crisantemo.
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