GEORG ELSER
Un hombre solo
En la fachada de una casa del centro de Múnich hay una especie de extraño reloj de aire ultramoderno que resulta un tanto incongruente con el estilo del edificio. Si uno se fija bien, se da cuenta de que no es un reloj, sino una fecha escrita en círculo: 8 de noviembre de 1939. Todas las noches, a las nueve y veinte, el reloj enciende sus neones rojos y, un minuto después, vuelve a apagarse.