LAS GUERRAS DE TODA LA VIDA
Las leyes del relato histórico
Creo contar ya con la complicidad de mis lectores en cuanto a que la historia, se escriba la palabra con mayúscula o con minúscula, es en esencia un relato, más o menos detallado, más o menos completo, más o menos fiel al devenir de los acontecimientos. Y, en consecuencia, deducir de él algunas leyes que lo expliquen en su conjunto, que le otorguen una finalidad, es decir, que justifiquen una teleología, es, cuando menos, arriesgado.