Según el historiador Martin Gilbert, entre 1951 y 1955 el número de israelíes muertos en ataques terroristas perpetrados por los fedayines patrocinados por Egipto ascendió a 967; los ataques no sólo se lanzaban desde Egipto, también desde Jordania, el Líbano y Siria. Para Israel, esta situación era completamente insostenible. La gota que colmó el vaso cayó en 1956, cuando Egipto, Jordania y Siria conforman el Comando Militar Unificado. El Cairo, además, tomó la decisión de cerrar el Golfo de Aqaba a la navegación internacional, lo cual significaba el estrangulamiento de Israel, que veía así imposibilitada su comunicación directa con el África Oriental, el Sudeste Asiático y el Japón, por poner tres ejemplos.
Bajo la ley internacional, bloquear la navegación representa un acto de guerra, y así lo entendió en aquel entonces Israel. Como además Egipto había nacionalizado el Canal de Suez, y la retórica emanada de El Cairo y otras capitales árabes era incendiaria, Francia y Gran Bretaña contemplaron los acontecimientos con particular inquietud. Así las cosas, en octubre de 1956 Francia, Gran Bretaña e Israel lanzaron un ataque coordinado contra Egipto.
Hubo un momento bastante legendario, por decirlo así: la captura del paso Mitla por paracaidistas israelíes, novelada posteriormente con gran acierto por el célebre León Uris.
Al cabo de cinco días, las tropas egipcias habían sido derrotadas. Los países árabes que tenían acuerdos de asistencia mutua con El Cairo decidieron no intervenir. Por lo que hace al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, estaba paralizado porque dos de sus miembros permanentes, Francia y Gran Bretaña, estaban inmersos en la contienda. En un primer momento EEUU y la URSS presionaron, sin éxito, para destrabar la situación; pero finalmente consiguieron la retirada de Francia, Gran Bretaña e Israel. Visto desde hoy día, no deja de ser curioso, eso de que EEUU y la URSS, por un lado, y Francia, Gran Bretaña e Israel, por el otro, fueran de la mano...
A Egipto se le impuso que no siguiera atacando o fomentando los ataques terroristas contra el Estado judío, cosa que por supuesto incumplió: Gaza siguió siendo una base terrorista. En cuanto a Israel, se le había asegurado que las tropas egipcias no regresarían al Sinaí, pero éstas no tardaron sino 48 horas en volver a sus posiciones...
Siguió el terror, siguió la retórica fieramente antiisraelí, siguió todo como estaba. Hasta que, diez años más tarde, se produjo el nuevo episodio de la Guerra de Independencia israelí, que en mi opinión no concluyó en 1949: la denominada Guerra de los Seis Días, de la que nos ocuparemos en un próximo capítulo de esta breve historia de Israel.
Pinche aquí para escuchar la versión radiofónica de este artículo.
HISTORIA DE ISRAEL: La Guerra de la Independencia – Jerusalem durante la guerra de 1948 – El éxodo árabe de 1948 – El éxodo judío de tierras árabes.
Bajo la ley internacional, bloquear la navegación representa un acto de guerra, y así lo entendió en aquel entonces Israel. Como además Egipto había nacionalizado el Canal de Suez, y la retórica emanada de El Cairo y otras capitales árabes era incendiaria, Francia y Gran Bretaña contemplaron los acontecimientos con particular inquietud. Así las cosas, en octubre de 1956 Francia, Gran Bretaña e Israel lanzaron un ataque coordinado contra Egipto.
Hubo un momento bastante legendario, por decirlo así: la captura del paso Mitla por paracaidistas israelíes, novelada posteriormente con gran acierto por el célebre León Uris.
Al cabo de cinco días, las tropas egipcias habían sido derrotadas. Los países árabes que tenían acuerdos de asistencia mutua con El Cairo decidieron no intervenir. Por lo que hace al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, estaba paralizado porque dos de sus miembros permanentes, Francia y Gran Bretaña, estaban inmersos en la contienda. En un primer momento EEUU y la URSS presionaron, sin éxito, para destrabar la situación; pero finalmente consiguieron la retirada de Francia, Gran Bretaña e Israel. Visto desde hoy día, no deja de ser curioso, eso de que EEUU y la URSS, por un lado, y Francia, Gran Bretaña e Israel, por el otro, fueran de la mano...
A Egipto se le impuso que no siguiera atacando o fomentando los ataques terroristas contra el Estado judío, cosa que por supuesto incumplió: Gaza siguió siendo una base terrorista. En cuanto a Israel, se le había asegurado que las tropas egipcias no regresarían al Sinaí, pero éstas no tardaron sino 48 horas en volver a sus posiciones...
Siguió el terror, siguió la retórica fieramente antiisraelí, siguió todo como estaba. Hasta que, diez años más tarde, se produjo el nuevo episodio de la Guerra de Independencia israelí, que en mi opinión no concluyó en 1949: la denominada Guerra de los Seis Días, de la que nos ocuparemos en un próximo capítulo de esta breve historia de Israel.
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