Si todavía hoy la radio y la televisión públicas son un bocado delicioso para los partidos políticos y los periodistas, así como para las productoras, cabe imaginarse lo que era en los años 70 y 80, cuando no existían más cadenas de televisión que TVE1 y TVE2: audiencias de millones y millones. La capacidad de TVE y de Radio Nacional de España para moldear gustos y crear famas era entonces inmensa. Por ejemplo, Adolfo Suárez, director general de RTVE entre 1969 y 1973, recibió el encargo del almirante Carrero Blanco de emitir programas favorables al entonces príncipe de España, Juan Carlos de Borbón, recién designado sucesor del general Franco.
La izquierda, experta en la propaganda, que a veces se llama cultura, empezó a penetrar los medios de comunicación. El diario de los Sindicatos Verticales, Pueblo, y el del Movimiento, Arriba, fueron dos de los lugares en los que prosperaron muchos periodistas de izquierdas, como Juan Luis Cebrián, Diego Carcedo, José Luis Balbín y Raúl del Pozo.
"Comandos sindicales" de UGT en RTVE
Ricardo de la Cierva, que desempeñó varios cargos en el Ministerio de Información y Turismo, cuenta (España: la sociedad violada) que Juan José Rosón, director general de RTVE durante cuatro meses de 1974, recibió la misión de desarticular "comandos sindicales de la UGT" en RTVE, pero el gallego, que pasó del SEU falangista a la UCD, "los trató con guante blanco".
A fin de amedrentar a los directores generales de RTVE, el PSOE empleó todos los medios, desde los insultos a los tribunales. En 1980 Alfonso Guerra presentó una querella en el Tribunal Supremo contra varios altos cargos del Ente por sospechas de irregularidades financieras, que luego concluyó sin condenas de ningún tipo. En esos años, antes de que el PSOE alcanzase el poder, Guerra también pronunció un juicio feroz sobre TVE: "Es un medio de desinformación, una máquina donde meten españoles y sacan imbéciles, un pesebre de animalitos". Años después, los socialistas se peleaban por ser invitados a La Noria de Telecinco.
Uno de los primeros nombramientos que hizo el primer Gobierno socialista de Felipe González, constituido en diciembre de 1982, fue el de director general de RTVE. Que recayó en el abogado José María Calviño, vinculado al Ente desde 1970, y en el que permaneció hasta 1986. Las purgas de periodistas y directivos desafectos al PSOE comenzaron en cuestión de semanas.
Del Gobierno del PSOE a la dirección de RNE
En marzo de 1983 Calviño destituyó a Mauro Muñiz y Manuel Almendros, director y subdirector de programas informativos especiales de TVE, respectivamente, sin que se alegase motivo alguno. Ambos habían encabezado la lista del sindicato APLI (Asociación de Periodistas Libres e Independientes), que había obtenido la mayoría en los centros de Madrid, y formaban parte del comité de empresa. Casualmente, en esos días había empezado la negociación del convenio colectivo.
A partir de entonces RTVE se transformó en un cañón al servicio del PSOE. La manipulación no perdonaba ni los partidos de fútbol. En junio de 1986, siendo jefe de los servicios informativos de TVE Enric Sopena, aparecieron las siglas del PSOE en un telediario durante la retransmisión de los goles de la selección española de fútbol. Unos días después hubo elecciones, que ganó el PSOE.
La implicación de periodistas de ideas socialistas en RTVE, beneficiados con cargos de confianza, es innegable. Algunos de ellos entraban y salían del Gobierno y del Ente. Una de las locutoras de telediario más populares, Rosa María Mateo, se unió el año pasado a una plataforma de apoyo de intelectuales a la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba. Eduardo Sotillos fue director de Radio Exterior en 1981 y luego portavoz del Gobierno socialista hasta 1985, cuando se le nombró director de RNE (hasta 1988). Fernando González Delgado pasó de ser director de RNE –entre 1982 y 1986– a consejero de RTVE designado por el PSOE –entre 1986 y 1990–, y luego presentador –a partir de 1991– de uno de los telediarios de la casa.
No se mencionó la huelga de 1988
A continuación expondré tres ejemplos de cómo los mandamases socialistas ejercían la censura en RTVE, contados por los afectados al periodista J. F. Lamata:
José María Iñigo dirigía un programa de gran éxito, Estudio Abierto, hasta que en él se mencionó el escándalo del robo de los fondos reservados del Ministerio de Interior.
Estudio Abierto y La Clave desaparecieron por la misma razón. Fíjate, el día anterior, en 48 horas me dijeron vamos a continuar con el programa porque va fenomenal, vamos a hacer otra temporada. A las 24 horas siguientes, es decir, después de un programa, me dijeron lo quitamos, y yo, qué ha pasado. Había pasado, simplemente, que en una tertulia en que comentábamos las primeras páginas de los periódicos del día, uno de los invitados dijo por qué en lugar de hablar de esto no hablamos de los fondos reservados del presidente del Gobierno, sólo dijo eso, no más, y yo le dije, no, vamos a hablar de lo que tenemos que hablar, que es esto. Al día siguiente me quitaron el programa simplemente por eso.
Curri Valenzuela participaba en la tertulia de Radio Nacional de España Escrito en el Aire, y el 14 de diciembre de 1988 se produjo la primera huelga general de la democracia.
Para entrar en RNE había barricadas de fuego, por las cuales pasé por encima con el coche, y mientras estaba haciendo la tertulia me pincharon las cuatro ruedas; este era el ambiente. Entonces, nos dijeron que estaba prohibido contar que había huelga, en el boletín de las 9 de la mañana no se dio la noticia y a nosotros nos sentaron, a los tres tertulianos, y nos trajeron a un viejecito, a un historiador, para hablar de Carlos III, porque era no sé qué centenario de Carlos III y nos dijeron que sólo podíamos hablar de Carlos III, nos sentamos. Empezaron mis coleguis que eran más proclives a seguir estas indicaciones, pues venga a preguntar de Carlos III, y yo estaba muy mosca, la tertulia era de 9 a 10 y ya como a las 9'30 dije: mira, hay gente escuchando y yo no puedo hacer este ridículo, y le pregunté al viejecito por el Motín de Esquilache, entonces, cuando me explicó el Motín de Esquilache, le hice el paralelo.
(...) Bueno, nos fuimos, nadie dijo nada, yo me fui y al día siguiente volví y entonces, cuando fui a entrar a la tertulia, que yo estaba contratada para ir todos los días, pues me dijo el guarda que hay en la garita que (...) hay a la entrada de Prado del Rey, aparque usted a la derecha, y salió un señor de personal y me dio el finiquito.
Era director de RNE Agustí Farré.
Amando de Miguel se incorporó a una tertulia matutina de Radio Nacional en 1987, dirigida por José Cavero, el mismo día en que ETA cometía el atentado del Hipercor de Barcelona, en el que mató a una veintena de personas.
Y llama en directo el alcalde de Barcelona, Pascual Maragall, y dice: "Esto no es un atentado, es un accidente"; y yo le digo en directo: "Sr. Alcalde, eso no se lo cree nadie; esto es un atentado como la copa de un pino, y huele a ETA, pero vamos, poco hay que saber; y sería bueno que usted se enfrentara a la realidad, esto es un atentado". El hombre se puso histérico, por las nubes. Y cuando salí de la tertulia, me llama Pepe Cavero a casa y me dice: "Amando, mañana no vengas, son órdenes de muy arriba".
Era director de RNE Eduardo Sotillos.
Si las televisiones y las radios propiedad del Estado tienen difícil justificación en nuestros días, la pierden por completo si los partidos políticos se apoderan de ellas.