La Gran Guerra causó el derrocamiento de tres imperios europeos –el austriaco, el ruso y el alemán–, junto con el de varias casas reales germanas y el sultanato otomano. Los países nacidos del cataclismo, como Polonia, Checoslovaquia, Finlandia y Estonia, se organizaron como repúblicas. Sólo una monarquía nació del caos de la posguerra –ya que el reino de Yugoslavia fue una expansión de la Serbia gobernada por la dinastía de los Karadjordjevic–: Albania.
Cuando la autoridad de la Sublime Puerta fue por fin expulsada de los Balcanes, uno de los caciques albaneses, Zog Zogu (1895-1961), fue primer ministro del país entre 1922 y 1924; en 1925 la asamblea constituyente le nombró presidente, y en 1928 se decidió a proclamarse rey constitucional con el nombre de Zog I.
Aunque Zog Zogu fue el único rey europeo de confesión islámica del siglo XX, algunas de sus medidas iban en la misma línea de occidentalización que las aplicadas por Kemal Ataturk en Turquía, si bien no empleó sus métodos violentos. Zog prohibió el uso del velo a las mujeres, suprimió la servidumbre y modernizó el ejército.
Si al hijo le gustaban las armas, a su padre le encantaban los uniformes de corte italiano (guerreras blancas, solapas anchas, entorchados dorados y pantalones bombachos) y, con el bigote engominado y la gorra ladeada, se hacía fotografiar con sus hermanas, como si elaborase un catálogo de moda militar. Hay quien dice que sirvió de modelo al dibujante belga Hergé para ambientar la corte del reino de Syldavia de la aventura de su personaje Tintín titulada El cetro de Ottokar.
Zog I se adelantó a Rainiero de Mónaco
En 1938 encontró por fin una esposa. Las dinastías tradicionales se habían negado a entregarle a alguna de sus hijas, ya que el país era atrasado y violento y se dudaba de la perduración de la monarquía. El 27 de abril de 1938 se casó en Tirana con la condesa húngara Geraldine Apponyi de Nagy-Apponyi, cuya madre, Gladys Virginia Stewart, era hija de un millonario de Virginia. Zog I se adelantó 18 años a Rainiero III de Mónaco, que casó con la actriz y multimillonaria estadounidense Grace Kelly en 1956.
El adorno principal de la diadema de la nueva reina, que era católica, era la silueta de una cabra, símbolo de la dinastía. A la boda asistió en condición de testigo el conde Galeazzo Ciano, yerno del duce Benito Mussolini y ministro de Asuntos Exteriores del reino de Italia. Los recién casados recibieron como regalo del führer alemán Adolf Hitler un automóvil Mercedes.
Pocos meses después, la reina Geraldine quedó embarazada. El nacimiento de un heredero fortalecía la dinastía Zogu, por lo que el régimen italiano decidió anexionarse el país, que hasta entonces había sido un satélite. El 25 de marzo de 1939 Roma presentó un ultimátum, que Tirana rechazó; el 5 de abril nació el primogénito de los reyes, el príncipe Leka, y el 7 de abril comenzó la invasión militar italiana, que se completó en dos días. Así, Italia dominaba las dos orillas de la entrada al Adriático y ponía un pie en los Balcanes.
La familia real huyó a Grecia. Se dice que Zog I se llevó el oro del banco estatal para asegurarse el exilio. En la Segunda Guerra Mundial, los comunistas se hicieron con el poder por las armas, abolieron la monarquía e instauraron la república popular. El dictador del país fue Enver Hoxa, que había combatido en la guerra civil española en las Brigadas Internacionales; construyó un régimen alucinante, aliado con la China maoísta, y, además, unos 700.000 búnkeres por todo el país.
Los reyes de Franco
Cuando Zog murió, en abril de 1961, su hijo Leka pasó a encabezar la casa real albanesa y fue proclamado rey en París. Por invitación de la duquesa de Valencia, Leka y su madre se trasladaron a vivir a España. En esos años la vida social en Madrid era entretenidísima. Junto a actores como Ava Gardner y Charlton Heston, atraídos por el productor Samuel Bronston, se encontraban expresidentes hispanoamericanos como el argentino Juan Perón y el venezolano Marcos Pérez Jiménez , más un ramillete de miembros de la realeza europea, como el archiduque Otto de Habsburgo, Miguel I de Rumanía, Simeón II de Bulgaria, los Bagration de Georgia y, por supuesto, un racimo de Borbones.
Con la protección de Franco, Leka se dedicó a los negocios y construyó una casa-fortín en Pozuelo, ya que su enemigo Hoxa intentaba asesinarle. Fue el único de los pretendientes a tronos derrumbados por los comunistas que trató de combatir por las armas a los dictadores que dominaban sus países. El rey sin reino organizó al menos un par de desembarcos en Albania de fuerzas paramilitares en los años 70 y 80.
Una boda original y anticomunista
El 10 de octubre de 1975 Leka se casó con la australiana Susan Bárbara Cullen-Ward, hija un acaudalado ganadero a la que había conocido en Sidney. El banquete se celebró en las instalaciones del restaurante José Luis en Illescas, pueblo toledano donde en 1971 se habían casado el cantante Julio Iglesias e Isabel Preysler. A la boda asistió un millar de albaneses, que, según el cronista Juan Balansó, encargado por ABC de cubrir la boda, veían encarnado en Su Majestad Leka I "el símbolo de la unidad y libertad de su país, sojuzgado hoy por el yugo marxista".
Por parte de la realeza estuvieron presentes la reina Farida de Egipto; la reina (sic) de Bulgaria Margarita Gómez-Acebo; el duque de Cádiz, Alfonso de Borbón y Dampierre; el duque de Sevilla, Francisco de Borbón y Escasany; el príncipe Miguel de Francia; el príncipe Nicolás de Rumanía; los grandes duques Vladimiro y Leónida... Sólo faltaron Rainiero de Mónaco y José Bono. El general Franco, los príncipes Juan Carlos y Sofía, la reina Isabel II y el presidente del Gobierno, Carlos Arias, enviaron sus felicitaciones a la pareja.
En la ceremonia participaron representantes de las tres religiones presentes en Albania –islámica, ortodoxa y católica–; y también anglicanos, debido a las creencias de la nueva reina.
Los cronistas españoles recogieron fragmentos del discurso de Leka: "Albania y España siempre serán amigos", dijo, y se despidió con los siguientes gritos: "¡Arriba España! ¡Viva el Caudillo! ¡Vivan los Príncipes de España!". No se dice si se mantuvo la costumbre balcánica de disparar tiros al aire. La boda no sería tan elegante como la del príncipe Guillermo de Windsor y Kate Middleton del pasado abril, pero seguro que fue más divertida.
Expulsado de España
Pero la muerte del caudillo, que había concedido pasaporte diplomático a Leka, cambió muchas cosas. En febrero de 1979 el Gobierno de Adolfo Suárez le expulsó bajo la acusación de haber introducido armas en el país de forma irregular. Los mismos periódicos (La Vanguardia y ABC) y revistas (Hola) que le habían dado tratamiento de majestad pasaron a regatearle el título de rey. Junto con su séquito, sus escoltas y su colección privada de armas, Leka se trasladó primero a Rhodesia y luego a Sudáfrica, donde en 1999 fue detenido por la Policía debido a su arsenal de AK-47 y explosivos.
Después de la caída de la tiranía comunista, Leka consiguió en 1997 la convocatoria de un referéndum en Albania sobre la forma de Estado: la monarquía obtuvo un tercio de los votos. Pero Leka estaba convencido de que el Gobierno, formado por antiguos comunistas, había manipulado el resultado y durante unas horas él, con armas en las manos y uniforme de camuflaje, y sus partidarios ocuparon las calles principales de Tirana. Luego huyó de nuevo del país, donde se le condenó a tres años de cárcel por sedición. En 2002, una vez que recibió un indulto, regresó de nuevo a Albania para pasar en ella sus últimos años de vida.
El 30 de noviembre falleció debido a un cáncer de pulmón. Su esposa, la reina Susan, había muerto en 2004. El único hijo de la pareja, nacido en Sudáfrica en 1982, Leka II, más discreto que su padre, mantiene la peculiar corona de la dinastía Zogu: se casó en 2010 y por ahora no tiene descendencia.