Muchos destacan la peculiar evolución política de Jorge Verstrynge, personaje que, efectivamente, parte de una militancia fascista para acabar desarrollando un pensamiento nacional-bolchevique o directamente populista que el autor de Memorias de un maldito viene a reconocer sin problemas. Esa evolución supone, sin embargo, un inmovilismo en posiciones ideológicas cuyas diferencias entre sí deberían resultar tan irrelevantes para todos los partidarios de la libertad política y económica como las que, para los conejos, diferencian a los galgos de los podencos.
El caso es que esta joyita, que se dedica a impartir clases de ciencia política a costa del forzado contribuyente, se ha mostrado muy escandalizado ante los micrófonos de Luis Herrero por que algunos medios de comunicación informen con vergüenza y no con orgullo de que unos profesores universitarios españoles fueran contratados como asesores "para gobiernos extranjeros". Lo que no dice el hipócrita de Verstrynge es que ese gobierno extranjero es uno de los más liberticidas y empobrecedores del continente americano y que esa asesoría no tenía como finalidad abrir rendijas de libertad política y económica en ese país empobrecido, sino, por el contrario, apuntalar un régimen que ha terminado por generar una carestía y una crisis humanitaria características del comunismo, pero sin precedentes en Venezuela.
Lo que tampoco dice nuestro escandalizado Verstrynge es que esa contratación en 2008 por parte del régimen chavista tenía como finalidad añadida la de exportar ese letal modelo a España, en base a la presunción, que posteriormente se ha demostrado bien fundamentada, de que esos profesores universitarios podían "crear consensos de fuerzas políticas y movimientos sociales, propiciando en ese país [España] cambios políticos aun más afines al gobierno bolivariano".
No hace falta recordar que esos profesores universitarios, a los que tan espléndidamente retribuía el Gobierno de Chávez atraves de la CEPS –Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Juan Carlos Monedero o Luis Alegre–, instaron e hicieron suyo el movimiento social del 15-M y crearon, poco tiempo después, la formación Podemos.
El hecho de que Verstrynge no haya trabajado nunca para la CEPS –cosa que utiliza para desmentir unas informaciones que no le acusan de eso– no borra el hecho de que sí lo haya hecho directamente para el gobierno chavista en el ámbito de la estrategia militar. Y esta nauseabunda asesoría tampoco quedaría borrada aun cuando hubiera sido brindada gratis et amore, tal y como Verstrynge pretende hacernos creer.
No sé si las contribuciones de Verstrynge al gobierno chavista le hacen merecedor del título de "guru of Bolivarian Asymmetric Warfare", tal y como lo calificó en su día John Sweeney; como tampoco sé si el entusiasmo del sátrapa de Chávez por La guerra periférica y el islam revolucionario llegaba realmente al extremo de considerarlo como su "libro favorito", tal y como aseguró categórico el Gatestone Institute. De lo que sí nos podemos hacer una idea es de las decenas de miles de euros que Verstrynge pudo ganar con la venta de entre 30.000 y 50.000 ejemplares al régimen chavista de este libro que el Gorila Rojo declaró de lectura obligatoria para sus oficiales.
Y es que, por muy vomitiva que nos resulte, esta asesoría ha resultado ser muy nutritiva para todos esos profesores universitarios españoles –incluido Verstrynge– a los que con tanto acierto Chávez consideró capaces de crear en España lo que ha resultado ser Podemos.