Dice Mayor Oreja, con buen criterio, que "se está desenfocando en su conjunto el problema. El problema no es que estemos administrando el final de ETA, a ver si lo entendemos. Estamos pasando de un proceso negociado por Zapatero a un desafío brutal de ETA". Yo creo que la mayor responsabilidad de que se esté "desenfocando" el problema y de que no se perciba lo que Mayor Oreja califica de "desafío brutal" de ETA -y que yo prefiero calificar de chantaje- la tiene Mariano Rajoy Brey.
Naturalmente, Rajoy no ha sido el único líder político que ha avalado el supuesto "cese definitivo" de la violencia anunciado por los terroristas; ni el único que ha ocultado que los terroristas, vanagloriándose de su historial criminal, lo condicionan a su impunidad y a la consecución de sus objetivos secesionistas. Tampoco Rajoy es el único político que también mintió al decir que esta declaración etarra –que llegó a calificar de "buena noticia"- "se ha producido sin ningún tipo de concesión política". Tampoco es el único dirigente político que, con posterioridad, ha encubierto ofertas de impunidad con solicitudes de circenses "entrega de las armas", ni el único que prefiere hablar de disolución en lugar de detención de los etarras.
Con todo, la capacidad de Rajoy para "desenfocar el problema" y para que los españoles den por ciertas ciertas mentiras es mucho mayor que la de cualquier dirigente de otro partido. No es lo mismo que Rajoy considere –como consideró- que la celebración y la participación de los socialistas en la conferencia internacional de San Sebastián auspiciada y elogiada por la propia ETA no fue una concesión política, a que eso mismo lo sostenga Rubalcaba. No es lo mismo que Rajoy considere –como consideró- que la blindada impunidad de etarras como Josu Ternera no era una concesión a ETA a que eso lo sostenga Rubalcaba. No es lo mismo que Rajoy considere que los socialistas no hicieron ninguna concesión política a la banda al hacer suya la reivindicación del acercamiento de presos exigida por los proetarras como "primer paso a la amnistía" a que así lo considere Rubalcaba. No es lo mismo que Rajoy no vea una concesión política a ETA en la anulación de la sentencia de ilegalización llevada a cabo por los magistrados del Constitucional propuesto por los socialistas a que tampoco lo reconzca así Rubalcaba.
Sencillamente Rajoy es más fiable y muchos españoles no son conscientes de la capacidad de envilecimiento que, incluso sobre los espíritus más nobles, ejerce -como ejerció en el pasado- una mala entendida búsqueda de la paz.
Con todo, Rajoy al haber contribuido de manera decisiva a hacernos creer que los terroristas están en mejor disposición de la que realmente están, se ha hecho rehen de esa falsa "buena noticia". Lo dije cuando Rajoy era líder de la oposición y lo repito ahora: "La ciudadanía puede respaldar al PP de cara a hacer frente a un chantaje. Pero para eso es importante que, desde ya, todos seamos conscientes de que no hemos alcanzado la paz sino que nos enfrentamos a un nuevo chantaje"