Durante unas jornadas que llevan por título "El nuevo panorama del terrorismo en España", celebradas en la Universidad de Alicante, la portavoz del CGPJ, Gabriela Bravo, ha declarado que "las víctimas no deben condicionar la evolución sociopolítica en España".
Dado que en ese mismo foro, Dña Gabriela también se ha mostrado partidaria de que no quede "ningún atentado sin esclarecer, ningún culpable sin condenar y ninguna víctima sin atender", tal vez su anterior declaración haya podido ser sacada de contexto. Puede ser también que Dña Gabriela haya querido poner una vela a Dios y otra al Diablo, si se me permite la expresión tan escasamente laicista. No lo sé; pero, ¿qué quieren que les diga? La frase de marras no deja de recordarme aquella según la cual "la Justicia no debe ser obstáculo para el proceso de paz", que el anterior Fiscal General del Estado pronunció durante la anterior tregua terrorista, muy poco después de que la banda exigiera en uno de sus "pacifistas" comunicados que "ningún ordenamiento jurídico, ninguna ley y ninguna constitución sea obstáculo para alcanzar la paz en Euskal Herria".
Y es que si hay algo que caracteriza a la inmensa mayoría de las víctimas del terrorismo es su reclamación de Justicia. Y se supone que quienes no deben condicionar la "evolución sociopolítica" de España, no son las víctimas en su legítima e irrenunciable aspiración, sino los etarras. Son los terroristas, y no sus víctimas, los que no nos deben condicionar, ya sea por matar o por dejar de hacerlo. Y lo cierto es que, a pesar de los autoengaños de buena parte de nuestra clase política y mediática, los terroristas han condicionado nueva y claramente, negro sobre blanco, su "cese definitivo" de la violencia a la consecución de aquellos objetivos, políticos y penitenciarios –valga la redundancia- por los que han matado y han anunciado treguas en el pasado.
Dña Gabriela se ha mostrado también partidaria en ser "contundentes" en la aplicación de la Ley, lo cual está muy bien. Mi duda, sin embargo, es si Dña. Gabriela considera una muestra de "contundencia" en la aplicación de la ley la forma en la que se ha observado la Ley de Partidos, que ha permitido a los testasferros de ETA volver a las instituciones y a la propia banda celebrar públicamente el "haber ganado la batalla de la ilegalización". También me pregunto si Dña Gabriela considerará "contundente" la observancia que ha tenido la ley que castiga con penas de cárcel a "la autoridad que eludiese su obligación de detener a delincuentes" durante el tiempo en que representantes del gobierno español se han sentado a dialogar con criminales prófugos de la Justicia, como Josu Ternera. Me pregunto también si considerara "contundente" olvidarse del cumplimiento integro de las penas para pasar a defender los "beneficios penitenciarios" para los etarras presos con la excusa de que no se trata de un indulto general o una amnistía. No lo se. Lo cierto es que Dña Gabriela tampoco ha querido aclararlo.
En cualquier caso, considero que ninguna "evolución sociopolitica de España" sería tan indeseable como la que debilitara aun más su configuración como Estado de Derecho. Y más aun si esa evolución tuviera como objetivo la satisfacción de las condiciones que para la paz, nos exigen, no las víctimas, sino sus verdugos.