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Guillermo Dupuy

Alquiler, compra u okupación del PP

Lo más grave es el 'alquiler', la 'compra' o la mera 'okupación' de las siglas del PP por una socialdemocracia pusilánime, además, contra el nacionalismo.

El tiempo dirá si las millonarias ayudas aprobadas el viernes por el Gobierno a los menores de 35 años que alquilen o compren viviendas en ciudades de menos de 5.000 habitantes, van a facilitar el acceso a la vivienda de los jóvenes y la "rehabilitación urbana y rural", tal y como pretende el Ejecutivo de Rajoy. No faltan quienes aseguran que esas subvenciones servirán, en realidad, para que los propietarios de pisos suban el alquiler a sus inquilinos sabiendo que tienen más capacidad de pago, tal y como ya pronostican algunos expertos.

Sea como fuere, lo que es innegable es que se trata de una medida típicamente socialdemócrata, prácticamente calcada a la que en su día llevó a cabo el Gobierno de Zapatero con la critica de la oposición liberal-conservadora que entonces todavía representaba –o fingía representar– el PP Rajoy. En lugar de fomentar el empleo con una reducción de la presión fiscal y del gasto público, en general, y liberalizar y dotar de mucha mayor seguridad jurídica al mercado del alquiler de vivienda, muy en particular, el Gobierno de Rajoy, como en su día el de ZP, se dedica a fomentar la cultura del subsidio para satisfacer las apetencias de unos colectivos muy concretos; apetencias absolutamente lógicas, que no tendrían además nada de ilegítimas si no fuera –claro está– porque son sufragadas por todos los demás ciudadanos.

Aunque siempre sea oportuno recordar, en este sentido, la manida pero brillantísima afirmación de Bastiat, según la cual "el Estado es la gran ficción a través de la cual todo el mundo trata de vivir a expensas de todos los demás", no vamos a insistir a estas alturas en que la victoria del PP de Rajoy en las elecciones de 2011 significó, en realidad, el fin de la representación parlamentaria de la derecha liberal en nuestro país.

Por mucho que sea un asunto relativamente menor comparado con la multitud y la gravedad de cosas en las que el PP ha alquilado sus siglas o puesto en venta sus principios a la socialdemocracia imperante, las subvenciones de los populares al alquiler no son mero electoralismo o hipocresía de quien hace ahora de manera puntual lo que en su día criticó. Es mucho más grave.

El alquiler, compra o mera okupación de las siglas del PP por parte de una socialdemocracia –muy pusilánime y condescendiente, además, con la lacra del nacionalismo– constituye, en mi opinión, una de las cosas más graves y desestabilizadoras que le ha sucedido a nuestra democracia. Y mucho me temo que ese hueco liberal dejado por este irreconocible PP socialdemócrata no lo venga a ocupar la formación que lidera Albert Rivera, por mucho que se hagan ilusiones algunos y por mucho que Ciudadanos se diga "progresista y liberal". Pero, en fin, el tiempo dirá… Si no lo está haciendo ya.

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