
Aún recuerdo aquellos primeros coletazos de Mbappé sobre los terrenos de juego, siendo un imberbe de 16 años. No había firmado aún su primer contrato como profesional (6 de marzo de 2016) y Kylian ya era señalado por no pocos expertos como uno de los jugadores más prometedores de Europa.
La progresión de Mbappé ha sido meteórica y ya antes incluso de recalar en el París Saint-Germain, hace cuatro veranos, su nombre ha sido vinculado con el Real Madrid. Kylian ha liderado al conjunto de la capital francesa a lo largo de estas cuatro temporadas, pero no lo ha hecho en solitario porque su protagonismo se ha visto eclipsado por el de Neymar. Ahora, con la llegada de Leo Messi a la Ciudad de la Luz, está más que nunca en la rampa de salida. Demasiado gallito en el corral del jeque.
Todo el mundo sabe que el gran deseo de Kylian Mbappé Lottin no es otro que vestir la camiseta madridista para seguir así los pasos de dos de sus grandes ídolos de infancia: Zinedine Zidane y Cristiano Ronaldo. En su juventud, mientras otros chicos de su edad tenían pósters de superhéroes, Kylian inundaba las paredes de su habitación de imágenes de Zizou y CR7. El Real Madrid es un club hecho a la medida de un jugador llamado a dominar la próxima década del fútbol mundial.
El Madrid necesita a Mbappé como agua de mayo y también a la inversa. Aunque el megaproyecto del jeque Al-Thani en el PSG (Nasser Al-Khelaifi es sólo el presidente y la cara visible del club) parece invencible, Mbappé quiere nuevos retos y desea probar fortuna en un equipo que le viene como anillo al dedo para seguir creciendo en su carrera. Allí coincidiría con los Bale, Modric, Kroos y un Karim Benzema que sería su gran mentor y con el que volvería a compartir vestuario tras su (más breve de lo esperado) periplo con la selección francesa en la Eurocopa.
Los citados jugadores son ya talluditos y el Madrid espera fiar su liderazgo en el terreno de juego a Mbappé junto a un Vinicius Júnior que aún tiene muchas bocas que callar, tras los fiascos que han supuesto Marco Asensio y Eden Hazard.
Pero el de Kylian es un fichaje necesario no sólo para el Real Madrid, sino también para la Liga española, huérfana hoy por hoy de auténticos cracks (si acaso Luis Suárez y Griezmann) tras la marcha de Cristiano, Messi y Sergio Ramos. La Premier League no cuenta con demasiadas súper estrellas mundiales (más allá de los De Bruyne, Harry Kane, Pogba, Salah, Mané…), pero ha sabido vender su producto a las mil maravillas para distanciarse, aún más, del resto de ligas europeas, entre ellas un campeonato español herido de gravedad. Porque, aunque a muchos les pese, lo que es bueno para el Real Madrid es bueno para el fútbol español.
Por eso el Madrid y LaLiga Santander necesitan a Mbappé. Llegará (espero que este verano) y nuestro campeonato podrá permitirse un respiro tras varios años de travesía por el desierto. Tras él, ¿Erling Haaland? El noruego es otro de los futbolistas de mayor proyección al que el Borussia Dortmund no piensa soltar... por el moento. Todo es cuestión de tiempo. De tiempo y, por supuesto, de dinero.