Huyendo de los jueces españoles,
y usando lamentables triquiñuelas,
te fuiste, Puchimón, para Bruselas,
mostrando muy poquísimos bemoles.
Estás, como tus ídolos Pujoles
(si bien tú te tomaste más cautelas),
incurso en comisión de corruptelas
(posibles por la falta de controles).
Ya no eres Honorable, sino un quinqui.
Por eso, fue un error volar a Helsinki,
y en coche, desde allí, viajar de vuelta.
Llegaste hasta Alemania. Fin de ruta.
Pues con la rebelión que se te imputa,
la Merkel, Cocomocho, no te suelta.