Leo en Libertad Digital, periódico en el que colaboro desde hace 17 años, un artículo encabezado por el siguiente titular, entrecomillado: "Los antivacunas son criminales más peligrosos que los traficantes de drogas". Está fechado el 16-8-2021 y se trata de la sección La Prensa de un Vistazo, firmada por Pilar Díez, redactora de la casa.
El titular me pareció fuertecillo, pero al fin y al cabo estaba entrecomillado y era la revista de prensa, así que seguí leyendo, hasta que llegué a la fuente. Pilar Díez cita un artículo de ABC, firmado por Guy Sorman, del cual entrecomilla otras lindezas, aparte de las del titular, sobre los que no quieren ponerse las vacunas contra la covid.
Suelo leer con agrado las revistas de prensa de Pilar Díez, que no son únicamente entrecomillados de determinados artículos, sino que incluyen comentarios y apostillas cargados de gracejo y agudeza, normalmente.
¿Y cómo comenta y apostilla este? Pueden ustedes leerlo en el enlace de arriba, pero les voy a extraer lo más importante. Escribe Pilar Díez: "Guy Sorman canta las verdades del barquero a los antivacunas". Después añade: "Al fin alguien habla alto y claro". Y concluye con esta frase: "Son homicidas con premeditación y alevosía". Un homicida con premeditación y alevosía, según lo poco que entiendo de Derecho, es un asesino.
En fin, resulta que yo, aunque no soy no un antivacunas (me he puesto, y les he puesto a mis hijos, todas las del calendario vacunal), sí soy alguien que tiene poca confianza en las vacunas contra el covid. No voy ahora a exponer las razones, pero el caso es que no me he vacunado, entre otras cosas porque no es obligatorio hacerlo, de momento. Además, porque se han hartado de decirnos las autoridades sanitarias y los medios de comunicación (también este) que las vacunas no inmunizan ni evitan el contagio, aunque sí reducen la posibilidad de padecer la enfermedad con síntomas graves. Es decir, las vacunas, según sus defensores, protegen (en cierta medida) a quien se las pone. Pero el hecho de que alguien no se vacune (sobre todo, si tiene inmunidad natural por haber pasado la enfermedad o haber estado en contacto con el virus) no pone en peligro a los vacunados, que ya tienen su protección.
Pero dije que no iba a entrar en pormenores. El caso es que me duele que en mi periódico se insulte y ataque de una manera feroz, injusta y, sobre todo, irracional ("homicidas con premeditación y alevosía") a quienes, como yo, hacen uso de su libertad, dentro de la ley. Puedo entender que se ironice sobre los que no queremos vacunarnos. Que se nos desacredite, con bromas o gracietas de mejor o peor gusto. Pero que desde un medio liberal, en el que escribo, se me llame homicida y criminal me ha sentado regulero, qué quieren que les diga.
Aceptaría una rectificación y unas disculpitas.