La cagué en estos comicios.
La cagué con mis diagnósticos.
La cagué por mis pronósticos,
mis criterios y mis juicios.
La cagué, pues los indicios
eran toda una evidencia.
¿Qué me queda? ¡Resistencia!
No solo la cagué yo,
la cagamos muchos más.
Si miramos hacia atrás,
cagadas hubo a gogó.
¿Lo aceptamos? ¡Cómo no!
Y así pues, en consecuencia,
¿qué nos queda? ¡Resistencia!
Porque la cosa está clara:
no arriaremos la bandera
que ondea en esta trinchera
que el destino nos depara.
Seguimos plantando cara,
con verdad y con solvencia.
¿Qué tenemos? ¡Resistencia!
No paremos de dar caña
frente al adversario hostil.
Sin ponernos de perfil
ni mover una pestaña.
Que la libertad y España
requieren nuestra presencia.
¿Qué somos? ¡La resistencia!