Nicolás Maduroha cambiado la prisión incomunicada de Leopoldo López por su arresto domiciliario. Y, cómo no, los líderes de Unidos Podemos no han perdido la oportunidad de mostrar cuán miserables son. El primero, Alberto Garzón, que ha llamado "golpista" y "partidario de la sangre" al líder opositor venezolano. O sea, consonancia total con lo más abyecto del régimen chavista. El segundo, Juan Carlos Monedero, igualmente despreciable, pero más retorcido que el simplón de Albertito, ha dicho que no le agrada "que López salga y siga echando gasolina". Y, por último, Pablo Echenique Robba, secretario de Organización de Podemos, tan indecente como los anteriores, pero además cobardón e hipócrita, ha dicho: "Que nadie se llame a engaño sobre quién es Leopoldo López". Ante la insistencia de Miriam Muro, periodista de esta casa, ha continuado con huidizas y repugnantes insinuaciones. Pues sobre Echenique va mi ovillejo.
¿De qué podemita hablo?
De Pablo.
¿Su apellido? ¿Que lo indique?
Echenique.
¿Y el segundo de este andoba?
Robba.
Si yo tuviera una escoba,
sobre todo barrería
la fétida hipocresía
de Pablo Echenique Robba.