Por más que en muchos mítines y actos,
querido Pedro Sánchez, a tu espalda
coloques una enseña rojigualda
(o trece, en realidad, por ser exactos).
Por más que nos desmientas esos pactos
con que el separatismo te respalda,
para un mandato (el tuyo) que se salda
con tufos de convenios putrefactos.
Por más que jures, Pedro, que perjures,
que impugnes, que rechaces y asegures
que nunca te has cambiado de chaqueta.
Por más que niegues todo a rajatabla,
aflora la verdad en cuanto habla
tu hombre en Cataluña, que es Iceta.