Queridos diputados, alcaldes, concejales,
carguetes y cargazos cesantes del PP.
Los pésimos pronósticos se han hecho ya reales:
a vuestro antifonario le han dado un puntapié.
Podéis lanzar groseros insultos a Mariano,
soltar rotundos tacos o daros al alcohol.
Podéis derramar lágrimas, tiraros a un pantano,
o echar la culpa al frívolo carácter español.
Podéis pensar que el drama se basa en un detalle.
La frase de aquel mitin… La foto del cartel…
Podéis tomar (¡ahora!) el pulso de la calle.
O de la puta calle (perdón si soy cruel).
Podéis tal vez forjaros un mundo paralelo.
Que Arriola os haga un bálsamo como el de Fierabrás.
Soñar la remontada… ¡Pero ojo, porque el suelo
sobre el que estáis plantados se puede hundir aun más!