Encuestas, cien encuestas, mil encuestas.
Y siempre cada una con su experto.
Variadas en su firme desacierto
e indefectiblemente deshonestas.
Encuestas favorables o funestas,
que causan confusión y desconcierto.
Y quieren, cómo no, llevarte al huerto
con sus parcialidades manifiestas.
Las hay que se cocinan con las manos,
pero otras con los pies, sin disimulo,
sin tiento, sin recato y sin higiene.
Y luego, las del CIS, donde Tezanos
las hace normalmente con el culo
e incluso, si se pone, con el pene.