
Adiós, bravura, adiós, testosterona,
adiós, inteligencia cayetana.
Retorna la desidia rajoyana,
pancista, rutinaria y tontorrona.
La habitual derecha mansurrona
ha regresado, estólida y liviana.
Se encumbran el hastío y la desgana;
la lucidez gallarda se arrincona.
Casado quiere viejos aires nuevos
para un PP sin bríos y sin huevos.
Y vuelta, una vez más, la burra al trigo.
Será un PP admitido por La Secta.
Pero eso sí, por lo que a mí respecta,
no volveré a votarlos, ya les digo.