El futuro nos llama y nos convoca.
Un porvenir colmado de ventura.
Un incendio patriótico se augura,
que ya no se mitiga ni sofoca.
Un destino a pedir de nuestra boca.
Una luz que ilumina la negrura.
Un pueblo que, entusiasta, se apresura
a la prosperidad. Ara ja toca!
Avancemos sin pausa. Con coraje.
Rompamos las cadenas y el anclaje…
¡Que España no nos cuele el tocomocho!
Recojamos gozosos la cosecha
de un mañana radiante, que se fecha
a principios del siglo dieciocho.