En secreto, en una fincaza de Toledo, en una ceremonia dicen que oficiada por Manuela Carmena, se casó Rita Maestre. El marido parece que es un intelectual gafapástico y, cómo no, también muy podemita.
El caso es que la boda ha afectado a nuestros poetas, sobre todo a Monsieur de Sans-Foy, de una manera muy personal. El bueno de Sans-Foy está enamorado hasta las trancas de Rita, desde aquellos tiempos en que la estilizada moza asaltaba capillas. Así que la noticia de su matrimonio le ha destrozado. ¿Y Fray Josepho? Pues Fray Josepho intenta consolarlo y evitar que su colega haga una barbaridad.
Lean, lean.
RITA SE HA IDO
por Monsieur de Sans-Foy
Cuando me lo contaron, sentí el frío
de una hoja de acero en las entrañas:
"Que Rita se ha casado con un tío,
en no sé qué lugar de las montañas".
Me apoyé contra el muro, y un instante
la conciencia perdí de dónde estaba,
porque la imaginé despampanante,
brindando ante las cámaras con cava.
La Flor que hizo nacer la Primavera
y pudo hacer de mí lo que quisiera
se deja capturar en la subasta
por un inteletual y un gafapasta.
Olvídala: se ha vuelto una señora.
Ha muerto nuestra díscola niñata.
¡Y entonces comprendí por qué se llora!
¡Y entonces comprendí por qué se mata!
A ver qué paz de espíritu consigo
con algo que despachen las farmacias.
¿Quién me dio la noticia? Un fiel amigo.
Me hacía un gran favor... Le di las gracias.
NO SUFRA POR LA MAESTRE
por Fray Josepho
No sufra más, Mesié, por la Maestre.
No empape con su llanto la almohada.
¿Qué es el amor? Prácticamente nada.
Un átomo en el tránsito terrestre.
Enjúguese las lágrimas, no muestre
congoja femenil, que le degrada.
Olvídese de hacer una burrada.
Deje pasar al menos un trimestre.
Levante el corazón. No se permita
ya ni un segundo más pensar en Rita,
e intente de entereza hacer acopio.
Usted, que es para mí como un hermano,
acépteme un consejo: está en su mano
ponerse a practicar el amor propio.