La reciente sentencia sobre La Manada ha producido un aluvión de críticas, desde la algarada callejera a los despachos más encumbrados, incluyendo nada menos que al propio ministro de Justicia.
Si Montesquieu estaba muerto en tiempos de Alfonso Guerra, se ve que ni siquiera se molestaron en momificarlo, como a Lenin.
¿Es legítimo que otras personas y poderes distintos al judicial dicten justicia? Y, de ser así, ¿quiénes?
Nuestros poetas parecen tenerlo claro. Juzguen ustedes mismos.
ABSTENERSE PROFESIONALES
por Monsieur de Sans-Foy
"Para enterrar a los muertos
como debemos,
cualquiera sirve, cualquiera...
menos un sepulturero"
(León Felipe).
Wyoming juzga ya en El Intermedio.
Ferreras dicta penas en La Secta.
Y Bea Talegón –mi predilecta–
resuelve un juicio al día, de promedio.
¡Y qué sentencias dicta la Maestre!
Letal..., con esos aires que se da.
¡Qué juicios, los de Rafa Catalá,
ministro juzgadófobo y rupestre!
Si se ha de solventar una disputa
que exija del criterio más severo,
será juez instructor El Follonero,
y la sentenciará Barbijaputa.
A todo langostino sin cabeza
y humano con cerebro de mosquito
le es dado sentenciar cualquier delito.
Carmena: no, tú no... que has sido jueza.
LA SOLUCIÓN MÁS BARATA
por Fray Josepho
No es mala, Mesié, su idea,
y me causa simpatía.
Pero prefiero la mía.
Ya verá, cuando la lea,
que es la pura panacea
y el más eficaz invento.
¡Linchamiento!
Lo de juzgar es un rollo,
queridísimo Mesié.
Tanto juicio para qué,
si son todos un embrollo.
Vayamos pronto al meollo,
sin tanto procedimiento.
¡Linchamiento!
Dejemos de pagar jueces,
dejémonos de fiscales.
¡Tantas mierdas procesales
y tantas gilipolleces!
Es mucho mejor, mil veces,
en vez de tanto argumento,
¡linchamiento!
Que cierren las facultades
de Derecho de inmediato.
Saldrá mucho más barato:
pues enseñan necedades.
Basta de formalidades,
de farfollas y de cuento…
¡Linchamiento!
¿Para qué jueces con toga,
si es preferible el tumulto?
Pudiendo usar el insulto,
¿por qué al reo se interroga?
¿Por qué cárcel, si la soga
lo resuelve en un momento?
¡Linchamiento!