
Con los Gobiernos de izquierdas, ya se sabe: lo que les gusta lo hacen obligatorio, y lo que no les gusta lo prohíben. Tras la propuesta podemita de lunes sin carne, ahora Alberto Garzón ha dicho que va a poner un impuesto especial a los refrescos y a los zumos.
Pero ¿qué son peores, las prohibiciones o los impuestos? Pues de eso escriben esta semana nuestros poetas.
CADA DÍA, UNA ALEGRÍA
por Monsieur de Sans-Foy
Reniega, Fray Josepho, de tus votos,
y escucha al de la chepa y sus devotos.
Sin cruces, alzacuellos ni sotana,
los progres te organizan la semana:
Que el lunes no haya carne es arriesgado:
¿no saben que los lunes no hay pescado?
El martes es el día sin lactosa:
¡mojemos las rosquillas en gaseosa!
El miércoles, jornada sin azúcar:
de postre, manzanilla de Sanlúcar.
El jueves, sin aceites y sin grasa:
si marchas estreñido, a ver qué pasa.
El viernes, todo el día sin alcohol.
Me bebo hasta a mis muertos en formol.
El sábado, recuérdalo: sin sexo.
¡Que no te pille nadie genuflexo!
Espero que, el domingo, descansemos
de las gilipolleces de Podemos.
CADA DÍA, UN IMPUESTO
por Fray Josepho
Encima de prohibir, los progres estos
nos suben cada día los impuestos.
Al sexo, como habrá fraude fiscal,
no le pondrán impuestos, menos mal.
Pero eso sí, pasando de los besos,
habrá que rellenar varios impresos.
(Aunque hoy, con el covid, se experimenta
el sexo nada más con la parienta).
¿Podrás beber refrescos con su gas?
Pues sí, pero pagando mucho más.
Y el zumo con su azúcar, que es tan rico,
te va a salir, incauto, por un pico.
Hasta pondrán gravámenes y tasas
a aquello de comer que tenga grasas.
Les meterán un clavo a los licores
(esto te afecta a ti, Sanfuá: no llores).
Porque prohibir les gusta a los rojeras...
¡pero les gusta más vaciar carteras!
¡Gobierno de ladrones e hideputas!
¡Lo que no está prohibido, lo tributas!