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Fray Josepho y Monsieur de Sans-Foy

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La Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans es la gran aportación doctrinaria del Ministerio Montero.

La Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans es la gran aportación doctrinaria del Ministerio Montero.
EFE

La Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans es la gran aportación doctrinaria del Ministerio Montero. Los 451 millones que nos dejamos en él al año no han sido dinero tirado.

El asunto aún está en el aire, pero, conociendo el natural sesudo y reflexivo del Dr. Sánchez y sus apoyos parlamentarios, caben pocas dudas de que saldrá adelante, convirtiendo en realidad el sueño de millones y millones de españoles, que es cambiar de don a doña, y viceversa.

Allá va la opinión de nuestros vates de cámara:

TODO ES OPINABLE
por Monsieur de Sans-Foy

Las gallinas son gallinas
y los gallos, gallos son.
Esta consideración
no admite excusas ningüinas.

Las leonas son leonas
y los leones, leones.
No se admiten excepciones,
como ocurre en las personas.

¿Qué discurre el ser humano
con su pasmosa cabeza?
La Madre Naturaleza
se ha equivocado de plano.

¡Menos mal que cierta secta
nos da ministras valientes
que organizan a las gentes
de manera más correcta!

Hay que elegir quién es qué,
no aceptar imposiciones,
¡y no dar explicaciones
al entrar al WC!

La Natura determina
si usar calzoncillo o bragas,
pero tú solito indagas
si eres gil o si eres mina.

Y si te sientes mujer,
como tal serás inscrito,
(conservando siempre el pito,
por si fuere menester)

¡Explorad vuestro interior
y haced lo que os dé la gana!
Por mi parte, esta jarana
me ha pillado ya mayor.

Le suplico al que me lea
una cosa solamente,
y es que sea consecuente
con la forma en la que mea.

Porque me resulta duro,
al entrar a hacer pipí,
encontrar a una gachí
desaguando contra el muro.

¡ME CAMBIO!
por Fray Josepho

Querido Mesié Sanfuá,
la ley de Irene Montero
ciertamente considero
que me va, me va, me va...

(Tarareo la tonada
de Julio Iglesias, Mesié:
¡Muy pronto me cambiaré,
por favor, no me disuada!)

Y es que, sin ningún empacho,
voy a volverme mujer:
ya va siendo menester
darme la baja de macho.

Al trueque, además, me apunto,
con toda tranquilidad,
pues ya no hay necesidad
de rebanarse el asunto.

En el convento, el Prior,
como sabe lo que hay,
ha autorizado a que el "fray"
me lo cambie por el "sor".

Pero lo que peor llevo
(fíjese usted qué manía)
es que con la lencería
pueda salírseme un huevo.

En ser fémina me afano.
Mas no se lo tome a mal
si en preferencia sexual
me apunto como lesbiano.

Aunque, dado mi ascetismo,
mi voto y mi monacato,
sigo con mi celibato,
así que me da lo mismo.

Pero hay más aspectos buenos:
que son, Mesié, de su agrado:
siempre orinaré sentado,
que así se salpica menos.

¡Mujer soy, sin timidez!
¡Me lo permite el sistema!
(Pero, si hay algún problema,
me vuelvo macho otra vez).

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