
Irene Montero nos ha anunciado la Buena Nueva. Está embarazada de mellizos, que al parecer son de Pablo. Lo que pasa es que ahora todo son preguntas. ¿Habrá lactancia artificial o natural? ¿Vestiditos rosas o azules? ¿Nurse o nurso? ¿Guardería pública o privada?... Y, sobre todo, la gran cuestión: ¿cómo se van a llamar?
Pues bien, hoy nuestros poetas están por ayudar a la feliz pareja. Así que Monsieur Sans-Foy intenta dar respuesta a esta última pregunta y Fray Josepho, como siempre, le contradice.
ANGELITOS MÍOS
por Monsieur de Sans-Foy
Si los niños son varones,
no es difícil elegir:
uno ha de ser Vladimir,
como Lenin, por cojones.
Y el otro, pues... yo qué sé:
si por Pablo Iglesias fuera,
igual que Stalin: José.
Salvo que Irene prefiera
que el chaval le saque jugo
(y bolívares, quizás)
al nombre heroico de Hugo...
Y si no, pues Nicolás.
De ser niñas, la mamá,
como es lógico, querrá
inculcarles los valores
de una revolucionaria:
una puede ser Dolores,
igual que la Pasionaria.
¿Y a la otra? ¡No Melania,
nombre infecto de opresora!
La podías llamar Tania,
y quedar en plan señora.
Pero toda esta milonga
va a dar al final lo mismo,
aunque el nombre no se ponga
en la pila del bautismo.
¡Poco importan al futuro
vuestras miras, tan estrechas!
Dios, a veces, pega duro.
Igual salen de derechas.
NO LES IMPONGAMOS NADA
por Fray Josepho
Pero Mesié, por Dios. No tiene usted conciencia.
¡Poner nombre a los niños y niñas es violencia!
Violencia que aplicamos a los y las infantes,
poniéndoles un nombre sin preguntarles antes.
¿Por qué ese despotismo, carísimo Mesié?
¿Por qué esa tiranía? Respóndame: ¿por qué?
¿Por qué esas injusticias? ¿Por qué esos atropellos?
Los nombres de los niños han de elegirlos ellos.
También los de las niñas (huy, casi soy sexista)
han de elegirlos ellas, permítame que insista.
Y mientras los eligen, sin intimidaciones,
llamémosles personas, personos o persones.
"Eh, tú, chaval" (digámosle). O bien: "Eh, tú, chavala".
La condición anónima, sin duda, los iguala.
No le llamemos "cría", ni le llamemos "crío":
¡que el género lo elijan también a su albedrío!
El pene y los huevines… pues a saber qué son.
Pudieran ser de hembra, no solo de varón.
Lo mismo que la vulva. Nos quieren convencer
que solo por tenerla ya se ha de ser mujer.
Así que las criaturas que va a tener Irene
da igual que tengan vulva, da igual que tengan pene.
Que sean lo que quieran. El tiempo lo dirá.
Y usted no ha de meterse, carísimo Sanfuá.