Duras palabras ha tenido yo-soy-el-presidente Sánchez para con Quim Torra y sus últimas quimtorradas. Duras palabras acompañadas de la correspondiente pose feroz. Porque, podremos criticar sus hechos, pero las poses de yo-soy-el-presidente son impecables.
La duda que nos plantea tanta severidad es si de verdad intimida. ¿Mete miedo Sánchez? Eso es lo que hemos preguntado esta semana a nuestros vates, y parece que la respuesta es afirmativa. Eso sí: con matices.
TERROR EN TRACTORIA
por Fray Josepho
El presidente Torra se amedrenta.
La voz del CDR se atrafaga.
Y la CUP, que tampoco va a la zaga,
repudia toda lucha, si es violenta.
Jordi Pujol despide a su asistenta.
La TV3 va a negro y, zas, se apaga.
Rahola se hace pis. Rufián se caga.
Y el pobre Puigdemont se desalienta.
El pueblo de Tractoria se intimida.
Súbitamente calla ya la Crida.
E incluso hasta a Tardá se le va el sueño.
Y créame, Mesié, no es desmesura:
se extienden el terror y la pavura
en cuanto Sánchez frunce un poco el ceño.
HORROR, TERROR, PAVOR
por Monsieur de Sans-Foy
Que Sánchez Castejón, de mote el Caracuero,
asusta a las personas... es cierto y verdadero.
Asusta y da más miedo que un trago de cianuro,
a todo el que se acuesta pensando en el futuro:
barones socialistas, teóricos vasallos,
que sueñan con sangrientas cabezas de caballos.
Está Fernández Vara, barón de Extremadura,
que tiene por las noches ataques de pavura.
Está García-Page, manchego temerario,
que padece de insomnio, pensando en su salario.
Lambán, el sheriff maño, en su diputación,
pasa por episodios de auténtico acojón.
Ximo Puig, en Valencia, se rasca la peluca
pensando si mañana faltará la manduca.
En Baleares, Francina, de apellido Armengol,
sueña que la despiden, y encima en español.
Y sucede en Asturias, en Madrid, en Galicia...
desde que Andalucía se llevó la primicia:
"Al partido de Sánchez y su nuevo aparato,
no le vota ni el perro, no le vota ni el gato".
Barones y baronas, ¡temblad! Al Caracuero
le darán la patada... ¡pero en vuestro trasero!