Los Ayuntamientos del Cambio nos enseñan el camino. Colau y Carmena ya han anticipado que prohibirán la circulación de automóviles viejos. Y en Madrid se va a cobrar por aparcar en la vía pública también por la noche y los fines de semana. Son medidas tímidas, a juicio de nuestros poetas, pero por algo se empieza.
MADRID, CIUDAD DE PEAJE
por Monsieur de Sans-Foy
Es justo, y además, es necesario;
que estáis muy encoñados con el coche.
¿Sin contraprestación en monetario,
queréis estacionar, porque es de noche?
¡Extrémese el rigor sobre el usuario!
Rigor que estrechamente nos abroche:
que ciña al conductor de utilitario,
igual que el bañador de la Pedroche.
Rigor contra los dueños de vehículos
que, armados con pretextos tan ridículos,
abusan del espacio comunal:
las calles de Madrid son de peaje.
Los pobres, que se compren un garaje
o vayan a aparcar al Escorial.
PERIODO DE TRANSICIÓN
por Fray Josepho
Los coches son malísimos. Los coches son infectos.
Los coches son odiosos. Los coches son el Mal.
Los coches son diabólicos. Lo coches son abyectos.
Los coches son los monstruos que trajo el Capital.
Debemos abolirlos. Quitárnoslos de en medio.
Vetarlos. Proscribirlos. Coincido con usté.
Coincido… con matices. Porque es que su remedio
tal vez es algo extremo, carísimo Mesié.
Hacerlo así, de golpe, quizás es excesivo.
Mejor implementemos alguna transición.
Un código creciente, gradual y progresivo,
en tanto se afianza nuestra Revolución.
En tanto llega el día benéfico y seráfico
en que el Poder se rinda, claudique y se nos dé,
de entrada, legislemos para prohibir el tráfico
tan solo de los coches de gente del PP.