Menú

¿Chulos o llorones?

Monsieur de Sans-Foy y Fray Josepho saben que el buen nacionalista muestra siempre una combinación de chulería y victimismo. De arrogancia y llanto.

Monsieur de Sans-Foy y Fray Josepho saben que el buen nacionalista muestra siempre una combinación de chulería y victimismo. De arrogancia y llanto.
EFE

Monsieur de Sans-Foy y Fray Josepho saben que el buen nacionalista muestra siempre una combinación de chulería y victimismo. De arrogancia y llanto. Esas son las armas que llevan décadas usando, con excelentes resultados.

Pero mantienen discrepancias sobre cuál de ambas actitudes define mejor a los separatas.

Lean y opinen.

SE ADMITEN CHULOS
por Monsieur de Sans-Foy

Olvidad el orgullo de un pasado que ha muerto.
Los progres españoles (no vosotros, por cierto)
son fulanos humildes ante la chulería,
con tal de que proceda de alguna autonomía:

Si les pones delante un hecho identitario,
demuestran más respeto que si fuera un sagrario.
Cuando un vasco rechaza tener algo de hispano
y el menú, en Pontevedra, no viene en castellano,
el español foráneo extrema su respeto,
no le tomen por facha, y además, por paleto.

Ante el miedo terrible de meter la pezuña,
dice siempre Gasteiz, Girona y A Coruña.
Es el más comprensivo, tolerante y colega,
frente a las diferencias, aunque sean de pega.
Asimila tan bien otras formas de ser
que no mira si fueron inventadas ayer.
Que renieguen de España de la forma más cruel.
Le es igual, porque piensa que eso no va con él.

Es posible, tan solo (no diré que seguro),
que esto cambie algún día del incierto futuro.
Que se vuelvan conscientes de tamañas jodiendas
y al final se les hinchen las sus partes pudendas.
Es posible tan solo, no diré que probable,
pero el cambio sería de lo más saludable.

EL LLANTO LOS DEFINE
por Fray Josepho

Los indepes son seres muy propensos al lloro.
Muy proclives al llanto, bien a solas o en coro.
Son sus ojos el Niágara; sus mejillas, el Nilo.
Infeliz, Cocomocho quiere ser cocodrilo.
Y Junqueras se sorbe lastimero los mocos
si le enfocan las cámaras y le apuntan los focos.

Sí, ya sé que son chulos y arrogantes, Sanfuá.
Pero lloran. Y verlos qué penita me da.
Me contagio y las lágrimas me resbalan del ojo:
me humedezco, me empapo, me chorreo y me mojo.

Y es que son amargura, victimismo y dolor.
Que les den unos kleenex, venga ya, por favor.
¿Y por qué lloran tanto? ¿Por qué tantos gemidos?
Porque están sojuzgados. Porque están oprimidos.
Los somete hace siglos el Estado español.
Ya lo dijo el muy célebre y honorable Pujol.

Y los progres hispanos (de derechas e izquierdas)
se papean sus fábulas y se creen sus mierdas.
Porque el típico progre de, pongamos, Madrid,
se empapuza de trolas y se traga el ardid.
"Algo habremos de darles, ¿o no veis sus lamentos?".
Y por más que les damos no se ponen contentos.

Chulería y sollozos. Gira y gira la rueda.
Cuarenta años llevamos… ¡Y a saber lo que queda!

comentarios

Servicios

  • Radarbot
  • Libro
  • Curso
  • Alta Rentabilidad