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Los asesinatos suben y… “la criminalidad baja”

Dicen que a los españoles no les preocupa la seguridad, y eso porque encima nos tratan de tontos.

Sube de manera notable el riesgo de que te asesinen o te violen y el Ministerio del Interior interpreta que ha bajado la criminalidad. Las infracciones penales –delitos y faltas– han descendido un 4,3 % respecto al año anterior, sin embargo los homicidios y asesinatos han experimentado un aumento de un 6,5%. ¿De dónde sale entonces que la criminalidad baja? Incluso suben las lesiones un 0,6%, si es que hablábamos de tendencias. El informe del ministerio no sólo es optimista sino que está en sintonía con una larga tradición de estadísticas inadecuadas que no son refrendadas por otras.

Parecía que era imposible que pudiéramos tener peores ministros del Interior, pero el devenir de los acontecimientos demuestra que estábamos equivocados. Por el momento ha quedado ampliamente superado el comisario sociata encargado de cocinar las cifras de la criminalidad en el gobierno Zapatero. El guisote del presente informe no lo supera nadie: se ha convertido en el masterchef de la criminalidad.

Según el cocinado al perejil, han bajado ligeramente los atracos, robos en domicilios, comercios y bancos, la sustracción de vehículos, el narcotráfico, los daños y hurtos… pero los delitos más graves suben sin parar. Aunque haya quien lo dude, este informe tiene en cuenta la importancia que tiene el tricornio este verano para guardar el meyba, aunque da por supuesto que está garantizado. Para tomar el sol tranquilo lo mejor es que estén cerca los de verde y no basta con que haya otro cuartel a diez kilómetros, mientras que hay tantos pueblos de España que se han quedado sin Guardia Civil y que la echan mucho de menos. Seguramente si a Rajoy le da un vahído y decide remodelar el gobierno hasta puede pensar que la seguridad es clave y la está dejando en manos del maquillaje, toque y retoque. Mientras tanto la competencia del "servir y proteger" queda probada: no ha mejorado la búsqueda de los desaparecidos, porque todavía no se ha encontrado a ninguno de los inquietantes, no se ha mejorado la política de prevención y lucha contra el crimen, no han dotado de más medios a los agentes de investigación, y en la resolución de casos difíciles apenas hay participación de criminólogos u otros peritos competentes de la sociedad civil, como si en una sociedad de libre mercado la seguridad privada pudiera ningunearse. Es decir, la seguridad ciudadana ha empeorado. La arrogancia y la autocomplacencia del actual equipo resultan patéticas. Hemos dicho ya que la policía española, y en especial la Guardia Civil, es muy buena. Entregada, profesional y con una gran vocación. Aquí lo que falla de forma catastrófica son los políticos que la dirigen. Y también la fiel oposición, que a la espera del recambio en el turno de partidos, ni se inmuta, ni se cae de culo. Como dijo Alfonso XIII antes de su último suspiro: "Cristinita guarda el c…, y ya sabes, de Cánovas a Sagasta y de Sagasta a Cánovas". Menos mal que en el PSOE han elegido al guapo y no al tonto. Pero ni con unos ni con otros la formación policial mejora. Los crímenes más difíciles no se resuelven. Y el cocinero de turno trata de convencer con la falacia de que es lo normal. La aportación de los políticos es muy floja. Aquí están los que no tienen olfato, que siendo ministros de la cosa no han podido, por ejemplo, parar durante años la trayectoria delictiva de los Pujol –"¿Qué coño es eso de la UDEF?", dice Jordi el Malo–. Y tiene razón: ni siquiera han sido capaces de explicar o popularizar el trabajo y las siglas de las unidades policiales que componen el sistema de seguridad. A pesar de que lo que está ocurriendo en Cataluña lo sabían hasta los que venden flores en las Ramblas.

Por otro lado no hay que preocuparse. Gracias a la excelencia de la gestión que padecemos, es muy posible que no toque que nos roben, nos estafen, nos hurten, aunque cabe la posibilidad de que nos lesionen, nos asesinen o nos violen, pero desde luego no a todos. A menos que las cifras del Ministerio del Interior hayan sido sometidas a una cocción inadecuada. Entresacando resultados de la agencia gubernamental CIS, que ya ha demostrado su incapacidad para descubrir la realidad sociológica del país, dándole una gran sorpresa y disgusto al actual gobierno con sus predicciones de pitonisa, dicen que a los españoles no les preocupa la seguridad y eso porque encima nos tratan de tontos.

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