Votar y botar…

A su lado, lo de Carod-Rovira en Perpiñán podría parecer puro juego floral, un simpático té entre señoras bien educadas sacado de algún relato de la simpar Jane Austen. El problema es que, con el permiso de la finísima Pilar Cambra y sus lectores, que tanto me quieren (awful hairstyle, though), a algunos se nos están agotando las buenas maneras.

 

Nada mejor para el Reflection Day que una buena sesión de shopping. Les recomiendo el mercadillo Hermès del Palacio de Deportes de la CAM, abierto entre las diez de la mañana y las ocho de tarde hasta el 27 de mayo. Modelazos a precios estupendos que combinan de maravilla con toda la parafernalia reivindicativa que elijan para su visita a las urnas. Siento no haberlo anunciado antes, pero, como comprenderán, no voy a permitir que me arrebaten el nuevo bolso de mamá. De todas formas, todavía quedan cosas interesantes, así que a quemar tarjeta.

 

Una de las ventajas del "alcornoquismo LDero", que dicen por ahí –lo de "terrorismo informativo" y "fascismo" me produce bostezos, de modo que mejor dejarlo para otro día–, es que, aparte de recibir invitaciones a las fiestas y eventos de moda, uno se reencuentra con viejos amigos separados por la distancia y el trabajo. Por ejemplo, el vasco de bien Gustavo Nanclares, experto en literatura de vanguardia y cine y actualmente exiliado intelectual en Nueva Inglaterra.

 

Al igual que Soledad Puértolas, otra progre en cuya nómina de hombres más admirados figuran dos grandes fascistas, su propio padre y Eduardo Haro Tecglen –al menos ella no los imita–, Gustavo estudió en Santa Bárbara (California), donde nos conocimos una cálida tarde de otoño y nos confesamos un amor compartido: Pío Moa. Huelga decir que el asunto nunca traspasará los límites de lo puramente platónico, pues tanto Gus como Pío son heterorros, y a mí no me gustan los morenos.

 

Por desgracia, todavía estoy esperando que me escriba algún que otro ligue frustrado, sobre todo ahora que he descubierto las maravillas de la línea masculina de Shiseido, con diferencia the best value for money en el mundo de la alta cosmética, aunque me temo que esa breva tampoco caerá. No obstante, donde esté un buen higo verde que se quite la fruta pasada.

 

La marca japonesa se me antoja ideal para intelectuales y políticos mal encarados y neoprogres, que de tanto haber estado cara al sol en tiempos mozos han terminado con unas arrugas terribles. El dandy César Alonso de los Ríos, también conocido como Mister Pink por su afición a las camisas rosas, que por cierto le sientan que ni pintadas, parece haberse hecho eco de mi petición de un Sé que hiciste en el 75 dedicado a algunos columnistas de El País y El Plural y ultima Yo tenía un camarada, que en el futuro será el arma imprescindible para acudir a cualquier debate político:

Donde ninguno de ustedes puede caer es en las manos de Mónica Ceño, una de mis femmes NON-exceptionnelles favoritas. La asesora (sic) de estética y belleza ha publicado Desnudas (Aguilar), donde hace una defensa de la belleza natural sin artificios y exhorta a las mujeres a no dejarse engañar por la imagen de las estrellas del cine y la televisión. Ante tamaño dislate, no puedo sino expresar mi sorpresa; por varias razones, pero daré sólo dos, que la vida es demasiado corta para... ustedes ya me entienden:

 

1ª) No creo que esa mujer haya tenido una idea original en su vida.

 

2ª) Que una persona dedicada en cuerpo y alma a la superficialidad y al artificio en su centro de belleza Lab Room, de donde han salido varios experimentos más bien escacharrados (¿les gustan los labios de Esther Cañadas, o los "modelazos" de Jennifer López? Creo que Mónica tiene algo que ver con el look de ambas) escriba un libro animando a hacer precisamente lo contrario que ella hace se me antoja masoquismo o puro oportunismo.

 

Total, cinco en marketing y cero en credibilidad para Mónica, que amenaza con el lanzamiento de productos cosméticos holísticos. Es decir, que como el extracto de joroba se te suba a la cabeza terminas pegando más gritos que Martirio en su célebres Sevillanas de los bloques, y hasta eres capaz de votar a Miguel Sebastián, típico invento de alguna profesora Bacterio de barrio bien.

 

Lo que sí les puedo garantizar es Cathy Bayle Cosmetics Paris, de la maravillosa Cathy y su novio, el doctor Gallego Ferreiro. La francesa comenzó su carrera como maquilladora y esteticién en Marbella. Tras una experiencia profesional con Rodríguez Menéndez, el doctor y ella decidieron retornar al buen camino y celebrarlo años después con una gran fiesta.

 

Entre las asistentes, el llamado Trío de las Zampacanapés, that is, Marisa Medina –muy buen aspecto–, Paloma Cela ("Yo te conozco, no lo niegues". I don’t think so) y La Chunga. También Encarna Polo, luciendo un escote espectacular y su acostumbrada sonrisa. Tenemos una entrevista pendiente, para que nos hable de sus años como madrina del incipiente movimiento gay friendly antes de que los paniaguados irrumpieran a golpe de subvención.

 

El humorista Tony Antonio, muy ocupado montando la Asociación del Humorismo Español, recordó a Antonio Herrero, Kimbo nos habló de las obsesiones guerracivilistas de su maestro Gila y el peluquero Joel compartió algunas anécdotas protagonizadas por uno de sus clientes más insignes, Camilo José Cela. En la sección juvenil destacó la estupenda bailaora Yolanda Gabiño, quien diera sus primeros pasos en la película Carmen de Plácido Domingo, y el mayor fraude de la ópera contemporánea, Julia Migenes-Johnson. A juzgar por los comentarios cavernícolas de mis amigos del sindicato del andamio, Yolanda, generosa melena negra rizada y ojos enmarcados en Khol de la India, es una mujer muy sexy.

 

Aparte del habitual grupo de maris televisivas, mucho niño-bien-acompañado-de-rubia-de-Europa-del-Este… Si Anita tiene uno, ¿por qué no van a hacer lo mismo los demás?

 

El ágape vino muy bien después del soporífero acto de la mítica editorial Amorrortu en el Círculo de Bellas Artes, que renace con nuevas colecciones, además del Freud de toda la vida. La elegantísima Agustina de Amorrortu hizo lo que pudo para que los presentadores no se enfrascaran en onanismos mentales, pero sus esfuerzos fueron vanos. Sólo Ángel Gabilondo hizo lo que debía: hablar de la editorial, contar un par de anécdotas y dar las gracias. La progresía no siempre está reñida con la buena educación.

 

Les tenía que contar la inauguración de la temporada veraniega en la terraza Ananda, pero, con la que está cayendo, sólo de pensar en las minifaldas de las espectaculares gogós y en los increíbles pectorales de los bailarines me entran ganas de tomarme un consomé bien caliente. Lo dejo para mejor ocasión; por ejemplo, la celebración de la victoria de Espe, alias Too Much Eyeliner.

 

Mientras tanto, recuerden: más vale Aznar en Calatayud (Bernardino Lombao me confiesa que lo suyo no es vigorexia ni metrosexualismo, sino puro amor al deporte) que Zerolo en Teherán. Upon my word.