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Fin de semana

Espartero.
PASAJES DE LA HISTORIA DE ESPAÑA

Espartero, el liberalismo malogrado

Si hay un personaje que encarne nuestro siglo XIX, con todos sus vaivenes y extravagancias, enredos y bullangas, ese es Baldomero Espartero. Lo fue todo y al final se quedó en nada. Conde de Luchana, duque de la Victoria y Príncipe de Vergara. Mariscal de campo, regente y presidente del Gobierno. Llegaron incluso a ofrecerle la corona de España. Se creyó un elegido, alguien a medio camino entre Napoleón y Federico el Grande en lo militar y una reedición manchega de Metternich en lo político.
CIENCIA

El lince y el madroño

Saben los que leen de vez en cuando estos asomos al mundo de la ciencia que mis relaciones con el movimiento ecologista no pueden, precisamente, calificarse de simpáticas; que en numerosas ocasiones me he quejado modestamente del habitual mal uso que los defensores del medio ambiente más vociferantes hacen de los datos científicos y que hemos tratado de colocar la mesura de las ecuaciones, las cifras y los experimentos en el terreno que les corresponde: el de la incertidumbre y la constante búsqueda de contraste. Que no otra cosa es la ciencia.
Una calle de Carouge.
MEMORIAS ERRÁTICAS

Una buhardilla en Carouge

Antes que el frío invernal, llegó el invierno de mi descontento. Buscarse la vida en el emporio de las finanzas, de la burocracia internacional y del turismo de lujo y de buen pelo no era tan fácil como parecía. No para quien careciese de los sagrados papeles. Acostumbrada a la manga ancha de la Suiza germánica, donde me habían colado en trabajillos diversos, esperaba que en Ginebra se funcionara con la misma laxitud. Pero no. Los "calvinistas" eran harina de otro costal. Con el trabajo "negro" no había lenidad ni transigencia. Por lo menos, en aquel momento.
CRÓNICA NEGRA

Empujados a robar

La imputación de tres parejas como presuntas responsables de los robos cometidos por unos trece jóvenes de menos de 14 años ha sido destacada como la primera vez que, en España, unos padres van a prisión por delitos cometidos por sus hijos. Si fuera así, ya era hora de que se hiciera algo efectivo y contundente contra la oleada de sustracciones y agresiones protagonizadas por menores, que en Madrid produjeron no hace mucho la muerte traumática y fulminante de dos señoras sexagenarias cuando les robaban el bolso. Bueno, pero la cosa está por ver.